sábado, 29 de agosto de 2020

1784. PUÇOL DURANTE LA EPIDEMIA DE TERCIANAS EN EL OTOÑO DE 1784


                En toda la cuenca Mediterránea española, la malaria o paludismo fue una enfermedad tan común como desconocida hasta finales del siglo XIX. El término paludismo proviene del latín palus (laguna) y está directamente relacionado con el origen de la enfermedad. La palabra malaria, procedente del italiano, mal’aria (mal aire), vinculada con el mecanismo de transmisión más consensuado entre la comunidad científica hasta finales del siglo XIX. En los textos de la época se conoció como Tercianas, nombre asociado a la intermitencia de las fiebres que producía.

                Hasta que se determinó que, para la transmisión de la enfermedad, era necesaria la participación de hembras de mosquitos del género Anopheles, la hipótesis más aceptada para la difusión de la enfermedad era la contaminación atmosférica debida a efluvios o aires pestilentes procedentes de la putrefacción de la materia orgánica que quedaba al descubierto al secarse los ambientes que albergaban aguas estancadas.

                De las duras condiciones de trabajo de los agricultores arroceros el ilustrado Antonio José Cavanilles, en sus Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia, publicada en Madrid en 1797, afirmaba:

…..Es menester observar de cerca las varias operaciones que preceden y acompañan al cultivo del arroz, para calcular el mérito del trabajo …... verdad es que los jornaleros son crecidos, pero no corresponden al riesgo en que viven aquellos infelices. Cercados de agua, envueltos en una atmósfera de vapores corrompidos, agobiados por el calor del sol, y del trabajo, precisados de beber aguas impuras contraen enfermedades que les quitan la vida, o consumen en breves los ahorros hechos a fuerza de economía….

                Sin incluir  las Tercianas, el estado sanitario general de la población de la época no era nada boyante. Los arrozales estaban detrás de las continuas infecciones intestinales provocadas por la ingestión de agua en mal estado. El agua con elevado grado de materia orgánica en putrefacción presente en los campos de arroz, contaminaba frecuentemente, ya sea por vertidos directos involuntarios a través de acequias o por simple filtración, los pozos de donde la población extraía el agua para beber, provocando intensas diarreas y fiebres en ocasiones confundidas con el propio paludismo.

                Aunque el cultivo del arroz se había llevado a cabo desde tiempos antiguos por el litoral mediterráneo, el antecedente más cercano a esta epidemia hay que buscarlo en una normativa que fue promovida por el Capitán General de Valencia, que había elevado a la Corte informes acerca de la situación en la que se encontraba el cultivo del arroz y sus consecuencias negativas sobre la salud, ante lo cual, el monarca Fernando VI, en 14 de abril de 1753, dictó una resolución definida y detallada para los arrozales de Valencia, ordenación general de los cotos y zonas amojonadas.

                En líneas generales se procuró limitar la extensión del cultivo, pueblo por pueblo, ordenando su amojonamiento en circuito para delimitar las zonas propias del arroz, que, además, deberían estar lo más alejadas posible de las poblaciones y en tierras que tradicionalmente se dedicasen a aquella plantación. Los corregidores, alcaldes y justicias quedaban encargados de demarcar los cotos arroceros, que en muchos casos consistió en permitir su cultivo tal como hasta entonces, con la sola limitación de no extenderlo más.
                El control de salubridad, para evitar los futuros peligros del arroz, consistió en solicitar los primeros cuatro años siguientes una estadística de nacidos y muertos, número de vecinos, sanidad y enfermedades que existan, recogidos de los certificados de párrocos, escribanos y médico de cada pueblo, acompañándolo, en informe separado, de las cantidades de producción de arroz y los precios alcanzados.
                Aunque esta resolución estuvo vigente a lo largo de la segunda mitad del siglo XVIII, su cumplimiento no fue demasiado estricto, la tolerancia con que se aplicó permitió ampliar los terrenos dedicados al cultivo del arroz y las nefastas consecuencias no tardarían en hacerse patentes.
                El arroz se había convertido, junto al pan, en la base de la alimentación de los valencianos. El hecho de ser un cultivo relativamente rápido, seguro y de elevados rendimientos (1,3 veces superior al trigo) explica que la cosecha de arroz fuera tan atractiva para el campesino, siendo frecuentemente antepuesta al cultivo de leguminosas y de cereales panificables.
                Así, nos encontrábamos ante una situación en la que, por un lado, el cultivo del arroz reportaba grandes beneficios económicos al reino y por otro, ante una mano de obra que se veía azotada constantemente por el paludismo y que, para más señas, era la propietaria mayoritaria de las superficie arrocera.
                Las condiciones higiénicas eran muy deficientes, especialmente en pueblos pequeños donde el agua de consumo humano estaba contaminada por los arrozales, los estercoleros y los animales que convivían con el hombre dentro de las casas. Las aguas detenidas en balsas y acequias eran muy comunes dentro de los núcleos de población.

                El 16 de octubre de 1784 se reunió el Ayuntamiento de Valencia para examinar un ….Memorial de la Villa del Puig, haciendo presente el conflicto en que se hallavan sus vecinos, por la constelación de Tercianas que estaban padeciendo…..las copiosas lluvias han contribuido mucho a la Epidemia…..lo que ha influido mas eficazmente á producirla, es la abundancia de Arrozes, que de algunos años á esta parte se hacen en su Término, y en los de Murviedro, Puzol y Valleza ….. los vecinos entregados al cultivo de los Arrozes, son los que padecen las Tercinas mas malignas, y rebeldes, y los que empiezan á enfermar, y también son los primeros los habitantes de los Arravales y Calles que miran á la parte de Levante, donde estan todos los Arrozes ….. todas las Moreras, á las que les dá el Levante, se pierden, y se mueren muchísimas ….. los Arrozes, quando están en flor, tienen tanta malignidad, que se vé sobre ellos como una nube, mas espesa que el polvo; y entonces, apenas entra persona alguna en ellos, que no salga dañada…esta Villa, antes de darse sus naturales al cultivo de los Arrozes, era tenida, y acreditada, por una de las mas sanas del Reyno…..las mugeres preñadas han abortado muchas; á las que crian se le vá la leche, y las crias se mueren de hambre: de forma que de siete años, por abajo, no se puede decir haya algún muchacho libre, ni apenas hay, ni ha habido dia que no se hayan experimentado uno, ó dos muertos, con aparato de haver muchos mas …. que en los tres o quatro años, que no se hicieron Arrozes, apenas huvo una, ú otra enfermedad de Tercianas: pero en los demás años, siempre ha habido las bastantes; y el excesivo numero de Arrozes, que este año se han criado, junto con las copiosas lluvias del Invierno pasado, ha motivado mayor, y mas relevante Epidemia….. las Marjales de su Término han estado llenas de Agua todo el Verano, ó desde que empezó el Cultivo de los Arrozes ….. en casi todas las Casas hay charcos de Aguas corrompidas para hacer estiércol: muchas Balsas al rededor de la Villa …. Por toda la Calle mayor corre una Acequia descubierta por varias partes…

                Ante estos hechos los Regidores de la clase de Nobles de la ciudad de Valencia, Antonio Pascual y Vicente Guerau de Arellano y sus Comisarios Diputados de Sanidad, habiendo visto los funestos estragos que la epidemia de tercianas estaba causando, con fecha 21 de octubre acordaron consultar a los pueblos a fin de averiguar la situación y estragos de la epidemia para tomar todas las medidas necesarias con el fin de preservar al vecindario y prevenir la posible recidiva el año siguiente.…. se remitió por vereda a 133 Sugetos, Prelados, Curas ó Económos, de otros tantos Pueblos, y Conventos situados, en su mayor parte, al rededor de esta Capital….
                El cuestionario, que se remitió a 97 pueblos y a 36 comunidades de religiosos y religiosas, estaba redactado en los siguientes términos:

Muy Señor mio: La Ilustre Ciudad ha tenido noticia de las muchas Tercianas, que hay en varios Lugares del Reyno; y deseando tomar conocimiento de este asunto, para su remedio, en Cabildo Ordinario de diez y seis de los corrientes, acordó que la Diputacion de Sanidad pase á V.R. este Oficio, á fin de que se sirva satisfacer, oyendo al Médico de ese Comun, y con referencia a los Libros de su cargo, con separación, y por su órden, á las preguntas siguientes:
1. Quantas personas de todas edades, de ambos sexos, han padecido en esa Feligresía, ó Convento, la Terciana en este año, poco mas ó menos.
2. Quantas han muero de ella, á juicio del Medico.
3. Que número resta de enfermos, que aún la padecen.
4. Quantos convalecientes hay en el día.
5. A qué causa se atribuye generalmente, la presente Epidemia de tercianas, y si entre ellas concurre la de los Arrozes.
6. Si en el Término de esa feligresía, ó Convento, se hallan aguas estancadas, y especialmente en alguna cantidad, que verosímilmente puedan influir en la actual Epidemia.
7. Quantos muertos de todas edades, y sexos ha habido en esa Población, ó Comunidad, en los años de mil setecientos ochenta, mil setecientos ochenta y uno, mil setecientos ochenta y dos y  mil setecientos ochenta y tres inclusive. Y de qué número de vecinos se compone, poco mas, ó menos.
Por lo que espera que V.R. se servirá satisfacer, con toda claridad, y distinción, á cada uno de los puntos indicados, con la posible brevedad, á que esta Diputacion, quedará muy agradecida, y en el interim, ruega á Dios guarde a V.E. los muchos años de su deseo.
Valencia, veinte y uno de Octubre, de mil setecientos ochenta y quatro = B. L. M. de V. R. = sus mas atentos servidores = Don Antonio Pasqual = Don Vicente Guerau de Arellano

                El Vicario de la Villa de Puçol contestó el cuestionario en fecha 4 de noviembre  … de que son vecinos quatrocientos y cinquenta…..han padecido la Terciana dos mil trecientas y catorce personas: han muerto ciento dos y la causa los Arrozes….
                También hizo mención el informe remitido a que …. la Villa de Puzol tiene un pedazo de tierra como una legua de largo, y un quarto de ancho, la qual si por el Invierno se llena de Agua se aprovechan de ella, para los Arrozes en el tiempo de la Sementera, y luego que la han logrado se tapan los Conductos, y queda el Agua embalsada. Que un Barranco que baja de la Vall de Jesus, desagua en otra Partida de Tierra, y forma una Laguna mas grande, concurriendo también la Agua de las Marjales, y de todas se forma una grande Albufera en notable perjuicio de la pública salud, que podría remediarse procurando dar salida á las Aguas, y no tapar sus Conductos. En una de las Puertas hay un Patio que sirve para recoger los Potros de la Dula, y quando llueve se llena de agua, que dura algunos meses. En casi todas las Casas hay una Balsa para hacer estiércol, haciendo estercolares por las Calles, con titulo que es para conducirlo luego al Campo, y pasan allí muchas Semanas. Y por ultimo, en los molinos de Azeyte hacen unas Balsas que corrompen, y sin ningún reparo las hechan por medio de las Calles…

                Por otra parte, el Convento de la Vall de Jesús remitió dos veces el cuestionario, el 22 de noviembre y el 17 de enero, ya que por equivocación se le pidió una segunda respuesta ….que siendo sus moradores treinta y seis religiosos,  han padecido la Terciana treinta y dos: y ha habido un difunto …. aunque no mencionaron nada de la causa. Entre la primera comunicación y la segunda hubo dos enfermos más y un muerto.

                La máxima virulencia de la epidemia se localizó en dos focos sépticos fundamentales que se corresponden con las dos zonas de máximo cultivo de arroz, los marjales de Puig y Puçol y las zonas de la ribera del rio Júcar.
                Por las orillas del mar se extendió con fuerza el contagio provocado por los arroces del Puig y Puçol. El convento de Magdalenas de Masamagrell expresó esta realidad advirtiendo que contrajeron la enfermedad, en primer lugar los limosneros del Puig y Puçol, y, a continuación, los restantes hermanos franciscanos por estar expuesto el convento a los aires de Levante. Igual sucedió en Rafelbuñol, en el que las calles que miraban a los arroces fueron las más afectadas.

                En los pueblos de la actual comarca de l’Horta hubo un reducido índice de mortalidad del 9‰ y una baja tasa de letalidad, del 29-37 ‰, pero importantes tasas de morbilidad, en torno al 237‰, que en algunos lugares superó el 500‰ e incluso el 1.000‰, como es el caso del Puig que alcanzó el 1.146,6 ‰ y Puçol el 1.283,9 ‰

Puçol 450 vecinos        1800  2314 enfermos y 102 fallecidos
Puig   340 vecinos     1360   1560 enfermos y   71 fallecidos (22 adultos  49 niños)

MORTALIDAD: Es la tasa de fallecidos referidos a la población en su conjunto.
LETALIDAD: Es la mortalidad específica entre infectados.
MORBILIDAD: Es la tasa de infectados en un momento dado en un grupo de población concreto.

            Como hemos visto, en Puçol se cultivó arroz hasta 1784, preparando el estiércol en las casas y circulando las aguas cerca de las habitaciones ocupadas por los vecinos. La insalubridad producida obligó a sus vecinos a abandonarlo en aquella fecha, recobrando entonces salud, población y riqueza. El número de sus vecinos aumentó desde 500 a 666. Igualmente sucedió en las zonas hondas del Puig, la Creu, Masamagrell y Masalfasar.

                Es, una vez más, el ilustrado Cavanilles el que nos facilita puntual información de lo que sucedía en Puçol a los 10 años de la fatal epidemia …la agricultura, único recurso de la población, no hubiera podido por sí sola producir tal aumento en el corto espacio de diez años, á no concurrir otra causa poderosa que mejorando la condición de la atmósfera, fortifica la salud y robustez de los hombres. Los de Puzól cayeron en la debilidad de cultivar el arroz en las partes hondas: preparaban dentro de sus casas el estiércol, indispensable para lograr cosechas abundantes, y para ello detenían las aguas en sitios contiguos á sus habitaciones, donde se corrompían los vegetales, y fermentaban otras materias. Pero en 1784 conocido el yerro, desterraron la planta que inficionaba el ayre, y recobró el pueblo la salubridad que le es propia. Desde entonces se multiplicaron los brazos y el cultivo, correspondiendo los frutos del trabajo…..dueños regularmente de lo que cultivan, se animan á sacar todo el partido á costa de sudores voluntarios…   

                La epidemia de 1784 exigió el abandono de las plantaciones y en consecuencia, mejoraron la salud, los cultivos, se desecaron los campos, se sustituyeron por viñas y moreras los arrozales y aumentó la población.





                Para intentar dar una solución jurídica a las graves cuestiones que tenía planteadas Valencia, el rey Carlos II, tras la consulta a la Junta de Sanidad, expidió en marzo de 1785 una ….Real Cedula de S. M. y señores del Consejo, por la qual se manda, que para evitar en lo sucesivo las Epidemias de Tercianas ocurridas en el Reyno de Valencia, se pongan en curso las Aguas estancadas, y se observen las demás reglas que se prescriben para dicho fin.




● Resolución Real de 14 de abril de 1753 sobre los límites y cotos de siembre de arroces. Buen Retiro 14 de abril de 1753. El Marques de Campo Villar.
● Copia de la Representación, de la Diputación de Sanidad, de esta Ilustre Ciudad de Valencia, a la Suprema Junta, con motivo de la Epidemia de Tercianas, padecida el Otoño del año 1784 en algunos Pueblos de su Reyno : De las Cartas que se recibieron de resulta; y de la Cédula de los Señores del Real Consejo de Castilla, que comprehende las Providencias tomadas, para su remedio, en virtud de Orden de S.M . Texto firmado por: Francisco Hilario Cavaller. Fechado en Valencia el 12 de Marzo año de 1785. BNE. Signatura VC/1017/7 PID bdh0000126118 CDU 61
● Real Cedula de S. M. y señores del Consejo, por la qual se manda, que para evitar en lo sucesivo las Epidemias de Tercianas ocurridas en el Reyno de Valencia, se pongan en curso las Aguas estancadas, y se observen las demás reglas que se prescriben para dicho fin. Valencia. Imprenta de Benito Monfort. 1785. Biblioteca Histórica de la Universidad de Valencia
BUENO MARÍ Rubén y JIMÉNEZ PEYDRÓ Ricardo. Crónicas de arroz, mosquitos y paludismo en España: el caso de la provincia de Valencia (s. XVIII-XX). HISPANIA. Revista Española de Historia, 2010, vol. LXX, núm. 236, septiembre-diciembre, págs. 687-708
CABANILLES PALOP Antonio José. Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia.  Madrid. 1797

PESET REIG, Mariano y José Luis. Cultivos de arroz y paludismo en la Valencia del siglo XVIII. Hispania: Revista española de historia, ISSN 0018-2141, Nº 121, 1972, págs. 277-375

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