domingo, 30 de mayo de 2021

1880 ca. RETABLO CERAMICO CON LA IMAGEN DE Nª Sª AL PIE DE LA CRUZ

 


 

                Situado en la fachada de la casa nº 50 de la calle de San Juan de Puçol.

Inspirado en el grabado realizado hacia 1847 por uno de los mejores grabadores valencianos de todos los tiempos, Tomás Rocafort López (Valencia, ca. 1778 - 1857).

Aparece la clásica imagen de la Virgen al Pie de la Cruz con Cristo muerto en el regazo, flanqueada por Juan de Ribera y por Pedro Muñoz; arriba las cinco estrellas enfiladas y las imágenes de San Pedro y Santiago.

La orla tiene un marco pintado al que exceden las figuras del primer plano, con guirnaldas de flores tratadas con monocromía por encima.

Realizado con pintura cerámica polícroma vidriada sobre fondo estamnífero liso.

El retablo tiene un formato rectangular, cuyas dimensiones son 0,8 x 0,6 m. Tiene un total de 12 piezas; las dimensiones de cada pieza individualizada es 0,2 x 0,2 m.

La fornícula presenta un marco moldurado formado por un par de pilastras planas, entablamento y repisa; frontón semicircular; conserva gancho de hierro antiguo, a la izquierda, cerca del balcón, para la iluminación.

Debajo de la imagen aparece la inscripción:

 

NA. SA. AL PIÉ DE LA CRÚZ

 






• GV. Consellería de Educación, cultura y deporte. Cultura. Patrimonio Cultural y Museos. Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano. Sección 2ª. Bienes de relevancia local.

• FERRI CHULIO, Andrés de Sales. La mare de Deu al Peu de la Creu en los retablos cerámicos. Puçol. 2007

martes, 25 de mayo de 2021

1900. GUIA BAILLY - BAILLIÈRE

 

PUZOL. 1900

 

Villa de 3794 habitantes

A 7 Km. de Sagunto

Produce frutas, arroz y vino

Ffcc del Mediodía a 512 km de Madrid.

 

Alcalde: D. ----

Secretario: D. Francisco Sabache

Juez Municipal: D. Miguel Ferrer

Fiscal: D. Manuel Portales

Secretario: D. Francisco Sabache

Correos: Administrador: D. Juan Bautista Alonso

Párroco: D. Vicente Aparicio

Escuelas nacionales: Benito Rives, Teresa López

 

Aceites: Cosecheros:

Pascual Bertrán Bosch

Josefa Bosch Esteve

Francisco Claramunt Darest

Vicente Claramunt Esteve

Vicente Darest Durbá

José Esteve Estables

Joaquín Antonio Esteve

Antonio Ferré Roig

Antonio Lázaro Sanz

José Llácer Llorens

José Martínez Ruiz

José Montañana Bosch

Pedro Palau Torres

Joaquín Ramón Bonet

 

Albardero:

Vicente Alegre

 

Armería:

Vicente Iranzo Duantes

 

Arroz: Molinos:

José Amigó Chulvi

Vicente Ballester

Mariano Ruixo Moreno

Mariano Sebastiá

 

Carpintería:

José Rodrigo Ordoz

Pedro Roig Viadel

José Roig Inglés

                                              

Cerería y confitería:

Ramón Ferrando

 

Comestibles:

Vicente Alcoriza Montes

José Alonso García

José Conesa Lázaro

José Lázaro Almenara

Daniel Mancha Puchades

José Sanchiz Alfonso

 

Corredores de frutos y fincas:

Ramón Llorens

Vicente Sebastiá

 

Cosecheros de vinos:

Joaquín Antoni Esteve      

Josefa Mª Antoni Aparisi

Ramón Aparisi Antoni

Francisco Ballester Esteve

José Bosch García

Salvador Climent

Vicente Esteve

Vicente García Ferrer

Alberto Guillot

Simón Martínez

Vicente Martínez

Ignacio Peña

Juan Portales Izquierdo

Viuda José Rodrigo

Miguel Sánchez Rodrigo

Francisco Sebastiá Besalduch

José Sebastiá Llácer

Josefa Sebastiá Esteve

Tomás Soriano Alonso

Vicente Soriano Alonso

 

Farmacias:

Tomás Jordán Carreres. Murviedro, 13

Vicente Persiva Plá

 

Frutas del país: Tratantes:

Jaime Conex Sanchis

Vicente García Catalá      

 

Granos:

Leonardo Alpuente Martí

Mariano Sebastiá Ballester

 

Guarnicionero:

Ramón Durá. San Juan, 25 

Vicente Pons. Hostales, 73

 

Harinas por mayor:

Manuel Aguilar

José Durbá

José Ruixo

Mariano Sebastiá

 

Maestro de obras:

Mariano Aguilar

 

Médicos:

Francisco Roca Sanchis

Gabriel Garcés Beltrán. San Pedro, 50

 

Posaderos:

Rafael Aucejo

Salvador Climent

Vicente Ortiz

Salvador García

 

Tejas y Ladrillos:

José Ferrer Soriano

Antonio Ferrer Soriano

 

Tejidos:

Vicente Climent

 

Veterinario:

Vicente Nebot Almela





 

miércoles, 19 de mayo de 2021

1933. 9 de diciembre. 23 MUERTOS Y 38 HERIDOS EN UN SANGRIENTO ATENTADO TERRORISTA EN PUÇOL

                 En el transcurso de la que se conoció como insurrección anarquista de diciembre de 1933, huelga general revolucionaria acompañada de una actuación de milicias armadas que pretendían implantar el comunismo libertario, tuvieron lugar por toda España numerosos hechos delictivos y atentados.

                Los asaltos más sangrientos fueron los atentados anarquistas que provocaron el descarrilamiento de trenes. El domingo 10 de diciembre, en Briones (La Rioja), el tren expreso 831 fue víctima de un sabotaje, descarrilando su locomotora y nueve vagones sin que se produjesen muertos. En Calatayud (Zaragoza) los golpistas volaron dos puentes ferroviarios que obligaron a detenerse al expreso correo de Madrid a Barcelona. En Zuera (Zaragoza), cerca de la estación, los golpistas levantaron una vía de la línea férrea y cortaron los hilos telegráficos. A causa del sabotaje, a las tres de la madrugada descarrilaron la locomotora y cinco vagones del tren correo expreso 204 de Bilbao a Zaragoza, produciéndose once heridos, uno de ellos de gravedad.

               

El atentado más cruento ocurrió a las once de la noche del sábado 9 de diciembre de 1933, en el barranco La Rambla de Puçol, situado entre las estaciones de ferrocarril de El Puig y Puçol, cuando el rápido Barcelona-Sevilla, a causa de una bomba colocada en el puente, hizo que descarrilase cuando lo cruzaba.

                Formaban el convoy la máquina 4582, conducida por el maquinista Joaquín María y el fogonero Enrique Rausell, seguida de un furgón tras el cual iban dos coches de tercera, a los que precedían dos de primera, el vagón restaurant, el coche cama y el furgón de cola.

                El expreso había salido de Barcelona a las tres de la tarde y a las once llegó al punto en que ocurrió la catástrofe, sito en el kilómetro 20,500 de la línea Tarragona-Valencia.

                Al entrar en el puente, el maquinista notó que la locomotora empezaba a saltar con tendencia a descarrilar por lo que aminoró la marcha y a los pocos metros descarriló a la derecha, ya que los raíles estaban cortados y desviados. Además, había un dispositivo a presión automático para que cuando pasara el tren se produjera una explosión y la voladura del puente.

                Después del descarrilamiento, el maquinista marchó andando a la estación de El Puig, donde dio cuenta al Jefe de Estación del suceso. Se comunicó la noticia a Sagunto y a Puçol.

               


                En el lugar del suceso el espectáculo era dantesco, encima del puente, sosteniéndose por su misma trabazón, se veían, unos encima de otros, dos coches de tercera, y deshecho por completo el furgón de cabeza. La máquina, que había cruzado el puente, había quedado tumbada sobre su lado derecho. El puente no estaba roto, sino retorcido y enormemente desviado de su normal dirección, y los coches colgaban de él sin llegar al fondo del barranco.

                Los primeros en acudir al lugar de la catástrofe fueron un numeroso grupo de vecinos de Puçol, llegando acto seguido los de los pueblos colindantes. La completa oscuridad reinante añadía horrores al terrible cuadro, que pudo ser disipada a medias gracias a los hachones que proporcionó el sacristán de la iglesia de Puçol, Juan Bautista Claramunt, entregándolos a los vecinos. En estas condiciones pudo improvisarse el salvamento. Entre los vecinos de Puçol que más destacaron en las labores de rescate estaban José Bayarri Llácer, Barrina; Salvador Rubio, el Parrach, así como El Lluno, Barro, Cotorra y Palomos el de Leandro.




                Entre ayes de dolor y frenéticas demandas de auxilio, vecinos de El Puig, Puçol y Sagunto, junto con empleados ferroviarios y fuerzas de la Guardia Civil, trabajaron sin descanso para librar a los que gritaban aprisionados en el interior de los vagones. Los vecinos fueron sacando cadáveres y heridos, y colocándolos a lo largo de la vía en espera de la llegada de material de salvamento. La extracción de los heridos de los coches se realizó trabajosamente y a costa de grandes esfuerzos, ya que para llegar a los vagones es necesario apartar enormes montones de hierros y astillas, ya que las unidades del convoy estaban empotradas unas contra otras.

Despreciando el peligro y alumbrándose con las hachas, quitando astillas, sacaban a los heridos, que se pasaban de unos a otros hasta dejarlos en manos de los médicos. La situación de los vagones siniestrados dificultaba enormemente las labores de salvamento ya que no se podía pasar de cabeza a cola del tren teniendo que cruzar constantemente por el barranco.




                Toda la zona que comprende la tragedia estaba iluminada con hachas, faroles y teas que mantenían encendidas los vecinos.

 

A las 11.45 salió de Sagunto una vagoneta movida a mano con dos médicos, que fue alcanzada antes de llegar al lugar del siniestro por un tren de socorro que había salido de la citada estación en el que viajaba el juez de primera instancia de Sagunto, Ernesto García Trevijano, el secretario Emilio Bernacer, y los oficiales Gil y Garzó, y el alguacil Toribio Monarus, que desde los primeros momentos contribuyeron al salvamento de los heridos.




Con anterioridad habían llegado al lugar del suceso los médicos de El Puig, Francisco Alcalá y Alfredo Pérez, los de Puçol, José Belda, Enrique Almenar, Juan Escribá y Gabriel Garcés, y de Sagunto, el forense Antonio Blanco y el doctor Mora. Entre todos rivalizaron en atender a los lesionados, a los que se curó en el vagón restaurante mientras se depositaba en el coche cama a los más graves y así, acomodados, retrocedieron a Sagunto.

                Al llegar la noticia a Valencia salieron utilizando sus medios particulares los doctores López Trigo, padre e hijo, y la ambulancia municipal con los doctores Ramón Pascual y Francisco Ferró, con los practicantes Miranda y Palacios.

                A las 00:30 los andenes de la estación del Norte de Valencia se hallaban ocupados por un inmenso gentío ansioso de conocer noticias de la tragedia, que se había difundido vertiginosamente por la ciudad produciendo en el vecindario enorme ansiedad e indignación. Allí se organizó un tren de socorro en el que se trasladó a El Puig el doctor Cogollos y otros médicos de la compañía, con numeroso personal ferroviario para colaborar en los trabajos de salvamento. De la estación del Cabañal salió también una máquina con su furgón para trasladar a Valencia a los heridos.

               



                A la 1:05 los viajeros llegados en el rápido de Bilbao por el Central de Aragón narraron la horrorosa visión de la catástrofe, la máquina sobre la vía en dirección a Valencia, tres de los coches precipitados en el barranco, el coche restaurante atravesado en las vías y el resto del convoy con las unidades descarriladas.

                A las 02.40 del domingo llegó a la estación de Valencia una máquina que había quedado detenida en la estación de El Puig, que arrastraba un furgón con heridos a los que acompañaban dos médicos. Allí fueron instalados en camillas militares y de la Junta Provincial, y después de reconocidos por los médicos fueron trasladados, los más graves, al Hospital en coches ambulancia. 

                Apenas se tuvo noticia en Sagunto del suceso; todos los autobuses de línea que se encontraban en la ciudad se apresuraron a salir para prestar los auxilios para lo que fuesen requeridos. Gracias a ello, algunos heridos pudieron ser llevados a Sagunto con relativa facilidad y rapidez. Otros heridos fueron trasladados a Valencia en los coches ambulancia de la Diputación y del Ayuntamiento de Valencia.




                Las dificultades del transporte de los heridos desde la vía a la carretera fueron grandes por la oscuridad dominante y por la blandura del terreno, debida a las recientes lluvias, que ofrecía serios obstáculos.

                Los facultativos del Hospital se presentaron en el establecimiento dedicándose a curar a los heridos a medida que iban llegando.  


 


La pareja de la Guardia Civil que viajaba en el tren prestando el servicio de escolta fue ingresada en el Hospital Militar con lesiones graves en todo el cuerpo aunque su vida no corría peligro. El fogonero fue encontrado muerto en las inmediaciones de la vía.

                A las 16:00 del día 10, domingo, habían sido extraídos once muertos, había veintiocho hospitalizados en Valencia y el número de heridos era indeterminado todavía ya que habían sido curados en pueblos próximos y en la capital.

 

                El servicio de viajeros de los trenes de Valencia a Castellón y de los expresos, correos y mixtos se realizó por la línea del Central de Aragón, entre Valencia y el empalme de Sagunto.

 



                Mientras continuaban los trabajos de encarrilamiento y desescombro, a las 12:00 del lunes 11, el comisario del Estado en los Ferrocarriles del Norte, Carlos Escribano, después de inspeccionar el lugar del accidente, manifestó que el material descarrilado formaba un bloque compacto imposible de despejar mientras se hallasen entre él los cadáveres que aún no habían sido extraídos. Una vez efectuada esta operación se procedió con medidas extremas, incluso incendiando los restos de los coches, a la reparación de las averías causadas, con objeto de dejar expedita la vía lo antes posible y la construcción de un nuevo pontón.

                También manifestó que había quedado demostrado que la catástrofe no fue originada por la explosión de una bomba sino por haber quitado un carril de 12,48 metros a la entrada del puente. Los autores del atentado habían levantado el carril quitando los tornillos y dejándolos al lado para que no se advirtiera la manipulación. Por tanto, quedaba descartada la opinión del maquinista, que atribuyó el accidente a la explosión de una bomba de contacto que habría estallado al producirse el roce pasada la locomotora, afirmándose en esta creencia por haber desaparecido el tender de la máquina completamente destrozado por efecto de la explosión.

 

                Hasta ese momento había diecinueve muertos.

 

                Fueron detenidos cinco individuos sospechosos de ser los autores de la catástrofe, dos por la Guardia Civil y los otros tres por agentes de la Policía. Había absoluta reserva sobre estas detenciones aunque parece que el principal culpable fue Enrique Sauri Martí, Petra, natural de Foyos, de veintinueve años, que vivía en casa de su suegro en La Puebla de Farnals.



 


                El martes 12, un coche de primera, que estaba incrustado en otro de tercera, lo estaban cortando por la mitad ante la imposibilidad de sacarlo entero. Quedaban todavía dos coches de tercera que ya se hubieran quemado o hecho volar si no hubiera la suposición que dentro de ellos quedaban más cadáveres.

En este punto, los trabajos, a pesar de la lluvia tenaz y persistente, continuaban por parte de personal experto en metalurgia que, utilizando sopletes, cortaban los herrajes de los vagones para poder retirar mejor el material destrozado y comprobaban si había o no más cadáveres entre los montones de astillas. A última hora de la tarde se extrajeron dos cadáveres.    Ya eran veintidós los fallecidos. 

 

 

 

El jueves 14 seguían los trabajos de desmoche en los que se trabajaba con soplete y con una potente grúa de 25 toneladas y otra de mano más pequeña. Se instaló un nuevo puente metálico por personal técnico especializado que llegó de Valladolid. El puente estuvo dispuesto al día siguiente.

El día 16, sábado, a las cinco de la tarde, quedó colocado en su posición definitiva el puente y las vías quedaron expeditas, quedando restablecido el servicio.

El acto terrorista provocó veintitrés muertos y treinta y ocho heridos y mutilados.

 

 

 

ABC, 10/12/1933, 12/12/1933, 13/12/1933

EL HERALDO DE MADRID, 11/12/1933, 12/12/1933, 13/12/1933, 23/12/1933, 26/12/1933

EL SIGLO FUTURO, 12/12/1933, 13/12/1933, 14/12/1933, 28/12/1933

LA CORRESPONDENCIA DE VALENCIA, 12/12/1933

LA VANGUARDIA, 10/12/1933, 12/12/1933

LAS PROVINCIAS, 12/12/1933

MUNDO GRAFICO, 13/12/1933

NUEVO MUNDO, 15/12/1933

viernes, 14 de mayo de 2021

1646. 6 de febrero. ASÍ FUE LA INVESTIDURA COMO CABALLERO DE JOAN SÁNCHEZ, VECINO DEL LUGAR DE PUÇOL

            

 

                   Tras la extinción de la Orden Militar del Temple en 1312, Jaime II de Aragón gestionó ante el Papa la posibilidad de fundar una nueva orden militar que fuera dotada con los bienes de los templarios. El 10 de junio de 1317 fue creada la Orden de Santa María de Montesa, a la que pasaron los bienes de las órdenes de Montesa y del Hospital del Reino de Valencia. La sede de la nueva orden se estableció en la villa de Montesa donde se construyó el convento de la orden.

                   La Orden de San Jorge de Alfama había sido fundada el 2 de septiembre de 1201 por el rey Pedro II, aunque a propuesta del rey Martín el Humano en 1399 se fusionó a la de Santa María de Montesa, con autorización del papa Benedicto XIII, en enero de 1400. Desde entonces esta orden valenciana pasó a denominarse Santa María de Montesa y San Jorge de Alfama, sustituyendo la insignia de Montesa por la de los Alfama, esto es, la Cruz de San Jorge, que a partir de entonces llevaron bordada en los hábitos.

                   La orden estuvo al cargo de un maestre, siendo el último de ellos Pedro Luis Garcerán de Borja, ya que en 1592 pasó el maestrazgo a Felipe II y sucesivamente a los reyes de España.

                   Por este motivo, el rey tenía potestad para conceder dignidades y privilegios nobiliarios, aunque normalmente se pasaba de ciudadano a caballero y de caballero a noble. Para conseguir ser caballero era necesario haber sido armado caballero mediante una ceremonia. Estaba establecido que el que había de armarse caballero debía velar armas durante la noche anterior en alguna capilla o iglesia, después, convenientemente vestido y armado, comparecía ante el rey o su comisionado para cumplir las solemnidades, tales como preguntarle si deseaba ser armado caballero, ceñirle la espada, tomarle juramento de fidelidad, etc.

 

El rey Felipe IV en un Real Privilegio expedido en la ciudad de Zaragoza a 1 de julio de 1640 había concedido el de nobleza a Juan Sánchez de Almeller… “vecino del dho. lugar de Puçol y a toda su descendencia y posteridad por línea masculina legitima…”.

 

 

 

Pocas cosas sabemos acerca de los motivos por los que Juan Sánchez se hizo acreedor a semejante honor. Aparece en el año 1625 como Bayle y procurador del Arzobispo en el largo pleito que enfrentó al Arzobispo, como Señor del lugar, con el Síndico de Puçol, representando a todos los vecinos del lugar. También aparece con el mismo cargo de Bayle en el libro de bautismos del año 1632, con ocasión del bautismo de su hijo Jaime Juan.

 

A 29 de octubre del any 1632, Bategi yo M. Berthomeu Amigó, Prevere per Comissio del Dr, Brotons, Retor conforme el rite de la Santa Iglesia Romana un fill de Joan Sanchis Balle y Dorothea Giner, conyuges, posarenli nom Jaume Joan Simo, foren padrins Nicolau Llorens y Monsarrada Sanchis y de fita tots de Pusol…

 

También en un censo, realizado este mismo año de la investidura, figura con el cargo de Bayle. Recordemos que el Bayle era la máxima autoridad civil del lugar, ya que, como representante del señor del lugar, ostentaba y tenía delegada todo tipo de autoridad.

Más de veinte años ostentando este cargo de Bayle al servicio del arzobispo fray Isidoro Aliaga influirían probablemente en informes favorables con los que acompañar la preceptiva petición de la investidura de Juan Sánchez ante el rey y su concesión.

 

En este caso, la comisión para armar caballero a nuestro ilustre vecino le fue otorgada por el rey Felipe IV al caballero profeso de la Orden y milicia de Nuestra Señora de Montesa y San Jorge de Alfama, Cristóbal de Cardona. Este noble valenciano había servido como soldado en Flandes desde 1626, fue capitán de Infantería en 1629 y Batlle General de la Ciudad y Reino de Valencia desde 1651 hasta su muerte en 1664.

 

             Veamos a través de este documento, conservado en Barcelona, en el Archivo de la Corona de Aragón, cómo el vecino de Puçol, Joan Sánchez, es armado caballero.

 

 

In Dei Nomine Amen. Sea manifiesto a todos que en el año del nacimiento de nuestro Señor Jesuchristo mil seiscientos quarenta y seis, dia es a saber martes seis dias del mes de febrero en la ciudad de Valencia ante la presencia de don Christoval de Cardona, caballero profeso del orden y milicia de Nuestra Señora de Montesa y San Gorge de Alfama y de los testigos abaxo escritos fue personalmente constituhido Joan Sanchez del Lugar de Puçol natural y habitador, quien presento la comisión del tenor siguiente:

 

Para poder ser armado caballero, el aspirante debía presentar un documento, la comisión, firmado por el rey, en el que éste delegaba en otra persona y le comisionaba para poder llevar a cabo el acto de armadura y caballerato, esto es, armarlo caballero. El solemne acto tuvo lugar, según veremos, en la residencia de Cristóbal de Cardona, palacio o casa señorial que estaba situado en la ciudad de Valencia, donde actualmente se ubica el Hotel Inglés. Este es el documento escrito en latín:

 

Philippus Dei gratia Rex Castella, Aragonum, Legiones, utriusque Sicilie, Hierusalem, Portugali, Hungarie, Dalmatie, Croatie, Navarra, Granate, Toleti, Valentie, Galletie, Maioricarum, Hispalis, Sardinie, Corduba, Corsice, Murtie, Giennis, Algarby. Gibraltaris. Insularum Canarie. Nec non Indiarum orientalium et occidentalium, insulorum et terra firma maris Occeani, Archidux Austria, Dux Burgundie, Brabantie, Mediolani, Athenarum et Neopatrie, Comes Abspurgi, Flandries, Tirolis, Barcinona, Rosilionis et Ceritanie, et comes Goceani.

 

Mobili dilecto nostro don Christophoro de Cardona equeti ordinis et militie Beata Marie Muntesis cum uti percepimus Ioannes Sanchez Loci de Puçol in dicto Valencie regno ab honestis et honoratis parentibus originem trahat suficientibusque bonorum facultatibus abundet et propterea cupiat militari cíngulo decorari, et humiliter supplicaverit ut premisis attentis illud sibi de nostra solita benignitate concederé dignaremur.

Hos votis suis benigne anuentes quatenus opus sit tibi super nis licentiam et facultatem plenariam damus et concedimus atque thenore presenntium. de nostra certa scientia deliberate et consulto tibi dicimus commitimus et iubemus quatenus praefatum Ioannem Sanchez nostra regia authoritate militari cingulo et aliis ad promotionem milites pertinentibus decores omnia q. insignia militaría illi concedendo pro ut insimilibus fieri solidum est et consuetum et his solemnibus per actis nos certiorabis ut ad illius supplicationem et instantiam opportunum gratie huius modi privilegium sibi valeat expediri, quod si entra sex menses a die date presentium in antea computandos a nobis on forma solita non obtinuerit volumus presentem gratiam et concessionem nullius esse roboris vel momenti. Hos en im in et super premisis ómnibus et singulis vices nostras regias tibi concedimus et convitimus per presents.

 

Dattis in oppido nostro Matriti die vigessima tertia mensis Ianuaris anno nativitate domini millesimo sexcentessimo quadragessimo sexto.

Yo el Rey vidit Carvajal Agurto prothesaurario generali, vidit vico Regens, vidit Magarola Regens, vidit don B. de Pons regens, vidit Castellot, vidit Mensa, pro conservatore generalis in diversorum Valentie trigessimo primo folio centessimo octogessimo quarto dominus Rex mandavit mihi don Clementi Mensa visa per Carvajal prothesaurario generali vico, Magarola et Pons regentes canceleriam nec non per Castellot et me pro conservatore generali.

 

Y su traducción al castellano:

 

Felipe, por la gracia de Dios rey de Castilla, de Aragón, de León, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Portugal, de Hungría, de Dalmacia, de Croacia, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorcas, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas de Canaria, y de las Indias Orientales y Occidentales, de las Islas y Tierra firme de la mar Océana, archiduque de Austria, duque de Borgoña, de Brabante, de Milán, de Atenas y Neopatria, conde de Habsburgo, de Flandes, del Tirol, de Barcelona, del Rosellón y la Cerdaña, marqués de Oristán y conde de Gociano.

 

Al noble y querido nuestro Cristóbal de Cardona, caballero de la orden y milicia de Santa María de Montesa, manifestamos que Joan Sánchez, de Puçol, hijo de padres honestos y dignos de honra, posee un noble origen y bienes suficientes y desea ser condecorado con la banda de la Orden, y con humildad suplica que, dispuestos los permisos, nos dignemos concedérselo con nuestra acostumbrada generosidad.

 

Nosotros, cumpliendo con liberalidad sus deseos, lo creemos conveniente, y os damos y concedemos permiso y licencia plenaria, y por orden de los presentes, según nuestras deliberaciones y consideraciones declaramos, proclamamos y ordenamos por nuestra regia autoridad que al citado Joan Sánchez se le conceda la banda de la Orden y otras condecoraciones relativas a la investidura, y todas las demás insignias según se acostumbra y es habitual.

 

De este modo se expide por escrito, como respuesta a su petición y solicitud, el oportuno privilegio, el cual, si no fuese ejecutado por quienes corresponde, en seis meses contados desde el día en que se concede, mandamos que esta merced no tenga ningún poder.

 

Como testimonio damos y otorgamos la presente [autorizada y sellada].

 

Dada en Madrid el día 23 de enero del año 1646.

 

Yo el Rey. Fueron presentes los señores: Carvajal Agurto, protesorero general, lo ve; lo vieron los regentes Vico, Magarola, don Bernardo de Pons, y lo ve Catellot. Lo ve Mensa, proconservador general. Y diversos testigos de Valencia.

 

En el folio 31 y en el 184, Su Majestad el Rey me lo mandó a mí, don Clemente Mensa. Visto por Carvajal, por el protesorero general Vico; por Magarola y Pons, regentes de la cancillería, también por Castellot; y por mí mismo, que soy proconservador general.

Después de presentado y leído el documento tenía lugar el acto de armadura propiamente dicho.

 

Y en virtud de dicha preinserta comisión dicho Joan Sánchez supplico a dicho don Christoval de Cardona le armase caballero poniéndola en execución como por su thenor se contiene a lo qual respondió que estaba prompto para executar la voluntad de su Magestad y en su cumplimiento se sento en una silla en la sala de su casa y arrodillándose a sus pies el dicho Joan Sanchez dixo: supplico a vuestra merced Sr. don Christoval de Cardona se sirva de armarme cavallero a lo qual respondió: asi lo hago, y teniendo empunyada una espada desnuda le dio tres golpes de espada uno en cada hombro y otro en la cabeza diciendo al mismo tiempo estas palabras: quereis ser caballero, y respondió dicho Joan Sanchez que si, dixo entonces dicho don Christoval de Cardona Dios nuestro señor y el glorioso y bienaventurado señor Santiago os hagan buen caballero y consecutivamente le cinyo una espada y daga al lado, ceremonia y diligencia que en semejantes actos se suele acostumbrar hacer, con lo qual quedo armado caballero el dicho Joan Sanchez y a su pedimiento hize el presente acto de certificación.

 



Escudo de armas del nuevo caballero Joan Sanchez Almeller 



Finalizado el acto y después de felicitar al nuevo caballero, el comisionado debía notificar al rey mediante una certificación que el acto de armar caballero se había llevado a cabo según su mandato.

 

Yo el notario y escribano infrato.[infraescrito] que me halle presente en el lugar dia mes y año arriba dichos, siendo presentes a ello por testigos Geronymo Vilanova, presbítero doctor en sacra theologia, beneficiado en la Seo de la presente ciudad de Valencia y Joan Bautista Ferrer ciudadano, vecinos y habitantes en Valencia.

 

Signo de mi Joseph de Rocafull notario y escrivano publico de la ciudad y reino de Valencia y aun por autoridad apostolica por todas la tierras de la christiandad, que presente fui a lo contenido en este auto juntamente con los testigos arriba nombrados en testimonio de lo qual lo signe y cerre.

 


Signum del notario Jose de Rocafull


 

Nos, Pedro Juan Pujades, ciudadano Justicia de causas civiles y Juez ordinario desta ciudad de Valencia certificamos: como el dicho Joseph de Rocafull, notario y escribano publico de la dicha ciudad y su reino, fiel legal y de confianza y a los autos y escrituras que ante el han passado y pasan se les ha dado y da entera fee y crédito assi en juicio como en otra cualquier parte.

En testimonio de lo qual dimos las presentes selladas con el sello ordinario de nuestro officio y refferendadas por el escribano de nuestra audiencia y corte.




Sello del Justicia Juan Pujades


Dato en Valencia en seis dias del mes de febrero de MDCXXXXVI años.

 

Pedro Juan de Avellaneda notario en lugar del  [ilegible] de la corte civil de Valencia.   

  

• ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGON. CONSEJO DE ARAGON. Legajo 893, nº. 067

• GÓMEZ DE VALENZUELA, Manuel. Armar caballeros en Aragón (siglos XIV a XVII). Emblemata, 22 (2016), pp. 255-299

• MARQUÉS, Josep M. L'arxiu de francesc de cardona l la seva família valenciana (segle XVII). www.icatm.net › files › AST_71_499

• PASTOR FLUIXA, Jaume. Nobles i Cavallers al País Valenciâ. Saitabi. 1993

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