martes, 29 de septiembre de 2020

1797. PUÇOL EN LAS OBSERVACIONES……. DE ANTONIO JOSÉ CAVANILLES.



                Por encargo del rey Carlos IV, el botánico Antonio José Cavanilles empezó a recorrer España en el año 1791 para examinar los vegetales que en ella crecen. Como buen valenciano, dio comienzo a sus trabajos en el Reino de Valencia, y así, en la primavera de dicho año se desplazó a la ciudad de Valencia y se hospedó en el Colegio de la Ciudad, desde donde salió en los diferentes recorridos de cada campaña y buscó la documentación preliminar y posterior. Además, en el Colegio organizó los herbarios, dibujos, muestras y anotaciones al final de cada expedición. Al inicio de cada otoño, Cavanilles lo abandonaba para regresar a su gabinete de Madrid.
                En estos recorridos o excursiones, Cavanilles escribió un Diario en el que anotaba cuanto consideraba interesante, dibujó vistas y copió planos, herborizó e inventarió plantas. Este manuscrito se conserva en el Real Jardín Botánico de Madrid.
                A medida que avanzaba en sus exploraciones, Cavanilles fue ampliando sus observaciones botánicas con numerosos datos sobre el reino mineral, la geografía y la agricultura, así como interesantes noticias sobre la población y frutos de cada uno de los lugares visitados.
                Los recorridos valencianos del botánico duraron veinte meses, distribuidos en tres campañas, en los años 1791, 1792 y 1793, interrumpidas por retornos invernales a Madrid.
                Todos estos trabajos los reflejó en su obra Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del reino de Valencia  (1795-1797), en la que Cavanilles abarca gran parte de las disciplinas técnicas y científicas de la época, como la botánica, la agronomía, la geología, la hidrología, la medicina, la geografía, la cartografía, la arqueología y muchos de los principales campos de la industria.
                Cavanilles visitó Puçol durante su segunda campaña, en la primavera de 1792. En el Diario de viaje del botánico
constan los comentarios de su visita a Puçol realizada el 21 de marzo en la que, entre otras cosas, hace una dura crítica al religioso capuchino fray Constantino de Castellote, director del Jardín Botánico de Puçol…

[folio 2v]

         Salí de Moncada y de casa de D. Francisco Espinosa, médico del lugar y por Rafelbuñol salimos a Puzol para ver el Jardín del Arzobispo: Todo este trecho de mas de dos leguas esta cultivado parte en huerta, y lo mas en secano, donde hay olivos, algarrobos y viñas: estas y las moreras de las huertas empezaban a sacar hojas. Todo me pareció bien cultivado.
         Hallé en el Jardín al Padre Constantino capuchino a quien el arzobispo le había dicho que yo debía ir, y aquel llamó al cura para que me viese como conoci….….
         El buen capuchino tiene reputación de botánico, pero en lo poco que lo traté, conocí que era pura gracia; pues tomaba por sidas la malva vitifolia; por salvia la budleya globosa; y no sabía que cosa era el usteria scadens, que es planta vivaz. Ya es duro alcanzar para zamponas dixe yo para mi capote al ver las canas del buen padre, y su aire de profesor con interior de aprendiz. Pero vamos adelante. En el jardín no había aun plantas con flor……. do gracias sobre todo al cura y me pase a Murviedro.

Fragmento del Diario de Cavanilles en el que aparece Puçol

                Después de visitar Sagunto, en la marjal de Almenara Cavanilles se indispuso y regresó a Valencia, pasando antes por el convento de la Vall de Jesús y Museros…     
               
                                               Salí por la mañana y al llegar al frente del convento de La Vall de Jesús atravesé desviándome del camino, y al pasar por un campo arenisco que estaba sembrado de altramuces (Lapinus Varius) vi con abundancia la Loeflingia hispanica, el ornithopus perpusillus [Peu de pardal menut], y otro que examinaré, la Lysimachia linum strellatum, el anagallis tenella, iuncus buffonius [Junch de sapos], la herniaria glabra, el polycarpon diphyllum [Policarp de dos fulles], lycopsis arvensis, iberia nudicaules, y otra plantita toda encarnada que no pude determinar. [Aparece añadido con posterioridad Tillaea muscosa]. Continue atravesando y al pasar por el pinar vi el cistus gutatus, el salvifolius, crispus y fumana con otras plantas, llegue al convento vi la iglesia y después subi al monte.
                                               Esta colocado este convento (de 31 individuos) a la raíz de un cerro elevado que se reúne con dos mas altos, separados todos de la cadena de montes que viene desde cerca de Betera: todo el y los vecinos son de piedra roja arenisca con puntos brillantes en las fracturas, echado lumbre quando se hiere con el acero, y forman bancos como los de marmol. Ni un solo pedazo descubrí de otra especie de piedra, y este grupo de cerros ocupa el espacio que dexan al oriente y poniente las cadenas de los montes de mármol: al bajar del convento para introducirme en el camino real vi que desde el norte corrian a flor de tierra varias faxas que presentaban el mismo cascarón que he visto cubrir los montes marmóreos: sin duda serian prolongaciones de la cabeza o último eslabón sensible de la cadena citada que vi en el Cabesbort, y creya terminada en la Vall de Jesús. Junto a este convento se ve una larga calle que forman dos hileras de cipreses. Continue mi viaje…….

                En la obra mencionada Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del reino de Valencia, Cavanilles habla de Puçol en estos términos…

Pero dexadas generalidades, examinemos los lugares empezando por Puzól.

[pág. 137]

52. Se halla este pueblo al norte de Valencia, y al mediodía de Murviedro: sus campos fértiles confinan por la parte septentrional con los Saguntinos, y por la meridional con los del Puig: los del poniente son bastante áridos, y los del levante, como inmediatos al mar, baxos, y algunas veces aguanosos.

                Inicia el relato situando geográficamente Puçol y realizando una breve descripción de los terrenos de cultivo. Continúa ensalzando el buen hacer de los agricultores y la feracidad de los campos…

La disposición natural del suelo, y las aguas que recibe del Turia, proporcionan toda especie de frutos. La aplicación y cuidado de los cultivadores compite aquí con la fecundidad de los campos; resultando de esta feliz combinación de circunstancias un aumento extraordinario en nuestra especie.

                Describe a continuación el triste suceso de la epidemia de Tercianas del otoño de 1784 y el aumento de población que se produjo a raíz de abandonar el cultivo del arroz…

En 1784 no pasaban de 500 los vecinos de Puzól, que hoy llegan á 666. La agricultura, único recurso de la población, no hubiera podido por sí sola producir tal aumento en tan corto espacio de diez años, á no concurrir otra causa poderosa que mejorando la condición de la atmósfera, fortifica la salud y robustez de los hombres. Los de Puzól cayéron en la debilidad de cultivar el arroz en las partes hondas: preparaban dentro de sus casas el estiércol, indispensable para lograr cosechas abundantes, y para ello detenían las aguas en sitios contiguos á sus habitaciones, donde se corrompían los vegetales, y fermentaban otras materias. Pero en 1784 conocido el yerro, desterráron la planta que inficionaba el ayre, y recobró el pueblo la salubridad que le es propia. Desde entónces se multiplicáron los brazos y el cultivo, correspondiendo los frutos del trabajo.

                Incluye también un estado de las principales producciones y de la distribución de la riqueza….

Cógense en este término 5₡ libras de seda, 2₡ cahices de trigo, 1₡ de maíz, 600 de judías, 42₡ cántaros de vino, 600 arrobas de aceyte, y 1₡ de algarrobas. Las fortunas de los particulares se hallan bastante bien repartidas en el pueblo; no son allí como en otros del reyno el patrimonio de un corto número de ricos. Así pues, dueños regularmente de lo que cultivan, se animan á sacar todo el partido á costa de sudores voluntarios.

                A continuación detalla el principal motivo de su visita a Puçol, lo que el llama El Jardín del Arzobispo, aunque atribuye la fundación del Jardín Botánico al arzobispo Andrés Mayoral, siendo el verdadero impulsor del mismo su sucesor, el arzobispo Fabián y Fuero, que es silenciado en el texto de Cavanilles por motivos no precisamente botánicos….

También contribuye á la felicidad del pueblo el vivir allí largas temporadas los Señores Arzobispos de Valencia. El Señor Mayorál, cuya beneficencia, virtudes y paternal cariño se conservarán siempre en el corazón agradecido de los Valencianos, convirtió en jardín una extensión contigua á su palacio, formando el primer modelo de un huerto botánico que se vió en el reyno, y logró que el chirimoyo y aguacate, plantados al ayre libre, diesen fruto como en América. En estos últimos años ha enriquecido el jardín con infinitos vegetales, como yucas, cactos, parkinsonia, poinciana, ciprés tableado, y una gran multitud de mimosas, que vegetan con fuerza [pág.138] y lozanía. Allí se ven preciosas colecciones de salvias, geranios, malvas, sidas y verbenas; la citriodora se distingue por la fragancia de sus hojas, y abundancia de flores; la budleya globosa forma un árbol vistoso; la usteria trepadera y varios látiros visten las paredes; gran número de liliáceas, gramas, aparasoladas, compuestas y de otras familias se hallan distribuidas en los quadros según el sistema de Linneo. Podría aumentarse la riqueza del jardín á poca costa: las inmediaciones le ofrecen plantas, y no todas vulgares.

                Finaliza con una descripción de lo que vio en las inmediaciones del convento de la Vall de Jesús y en los marjales cercanos al mar…

En los campos areniscos cercanos al Valle de Jesús se crían la loeflingia de España, la tilléa parecida al musgo, el piedepáxaro menudo, el carraspique de tallo desnudo, el junquillo que La Mark llamó mudable y otras muchas. En el pinar inmediato las xaras crespa, goteada, numularia, fumana, y las parecidas en sus hojas á la salvia, maro, brezo y romero. En las cercanías del mar, de los azarbes y pantanos se hallan potamógetos, juncos, juncias, cirpos, gencianas, sosas, salicornias, eringos y la equinófora espinosa, con otras muchas citadas en esta obra.
53. A media legua de Puzól hácia el mediodía se halla el Puig en las cercanías de un cerro ………


Foto: BNE






● CABANILLES PALOP, Antonio José. Diario de las excursiones del viaje a Valencia, con notas, estadísticas, apuntes e informes para la redacción de sus Observaciones. Manuscrito en el Real Jardín Botánico de Madrid.

● CABANILLES PALOP, Antonio José. Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia.  Madrid. 1797






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