La
primera noticia publicada acerca del venerable Pedro Muñoz y el hallazgo de la
imagen de Nuestra Señora al Pie de la Cruz la tenemos en 1591 en la obra de fray
Felipe Guimeran, Breve historia de la Orden de Nuestra Señora de la
Merced de Redempcion de cautivos christianos y de algunos santos y personas
illustres della, publicada en Valencia. En esta obra, hablando del “milagroso
descubrimiento de la sagrada imagen de Nuestra Señora del Puche”, refiere
otro caso: “…y aun en nuestros días me consta de un siervo de Dios, a quien no sin
milagrosos indicios se le declaro estar cierta imagen enterrada no lexos de su abitacion…”.
Se refiere al milagroso hallazgo de la imagen de Nuestra Señora al Pie de la
Cruz por Pedro Muñoz, aunque no menciona de forma explícita ni su nombre, ni la
imagen enterrada. Hay que tener en cuenta la fecha de la publicación del libro,
solamente veinte años después del hallazgo y viviendo todavía Pedro Muñoz.
La
noticia más completa y fidedigna acerca de Pedro Muñoz y su descubrimiento nos
la proporcionó Francisco Planes, presbítero nacido en Puçol en 1595. De
los detalles acerca de este texto queda
constancia en la obra escrita por Joseph Vicente Orti y Mayor el año 1747,
Vida de el venerable hermano Pedro Muñoz,
y descubrimiento de la milagrosa imagen de Nuestra Señora de el Pie de la Cruz,
venerada en la iglesia parroquial de la Villa de Puzol, donde en la página tres
podemos leer:
…En
aquel (archivo parroquial) existe la Historia de la Santa Imagen de el
Pie de la Cruz la que dexó referida, y firmada de su mano el Licenciado
Francisco Planes natural de la misma Villa, que siendo Cura del Lugar de Canet
se retiró á Puzol con sus hermanos para vivir baxo la protección de este Santo
Simulacro en el año 1647. y agradecido de aver quedado libres de el furioso
contagio de la peste, acabó de componer su Historia en el año de 1649. Pero no
se imprimió, y quedó solo manuscrita en un libro en quarto, cuyas noticias avia
tenido por las que le dieron sus Padres y Abuelos, y las que eran corriente
voz, y opinión bien recibida, sin contradicion de las personas que existían en
Puzol de mayor edad, y crédito, que las bastavan para calificarlas como
ciertas. De la traslación de la Santa Imagen à la Iglesia Parroquial en donde
aora se venera, fue testigo de vista, y dize que asistieron el Excelentisimo, y
Venerable Señor Patriarca Arzobispo, y el Ermitaño Pedro Muñoz. Esta relación
de Mosen Francisco Planes la continuó en el mismo libro, por afectuoso hijo de
dicha Villa, el Dr. Isidoro Planes…
En el libro impreso en Valencia en 1631 escrito por
fray Francisco Boil, titulado Nuestra
Señora del Puche, cámara angelical de Maria Santísima, refiere en el capítulo
I, página 33 de su libro, hablando de la llegada del apóstol Santiago a España,
menciona el descubrimiento de la imagen, aunque yerra en el año del
descubrimiento y en el material del que está hecha la imagen.
…no
ayuda poco, a mi ver, el nuevo descubrimiento que se hizo por los años de 1615
en este termino de la villa del Puche, siendo arzobispo el venerable señor don
Juan de Ribera Patriarca, le fue revelado a un siervo de Dios llamado Hermano
Muñoz, el lugar donde estaba enterrada una imagen antiquísima, que siendo
hallada se aplicó por su Ilustrissima a la Iglesia de Puzol. Es la imagen
labrada en piedra, y a los dos lados tiene el Apostol san Pedro y al Apostol
Santiago…
En el libro manuscrito titulado Historia
de la cartuja de Ara Christi, del fraile
cartujo Juan Bautista Giner y Aragón
escrito en el año 1664 podemos leer en la página 16 y siguientes:
… Pedro Muños natural del
dicho lugar de Puçol, Hermitaño que fue en una hermita que tienen los Padres Cartuxos
del Real Convento de Val de Christo que se llama de San Julian y esta junto a
dicha Cartuxa. A este santo varón le estimo y venero tanto el dicho Sr.
Patriarca Don Juan de Ribera, que en el retablo maior de su gran seminario
mando pintar la Cena de Christo nuestro Redemptor; como tan devoto del
Santísimo Sacramento y en ella mando al pintor retratase al vivo a este santo hermitaño
como oy se ve en lugar de San Andres Apostol tanto le estimava por su rara
santidad y en particular por una sensilles Columbina que gozava, que parecía no
avia pecado en toda su vida tanta era su bondad. Era este santo varón tan
favorecido de la Virgen Nuestra Sra. que le apareció una noche y le dixo:
que una imagen suia que estava debaxo tierra en un montesico que los
vecinos de aquellos lugares llamavan el Cabesol; la fuese a buscar y la sacase
para que fuese reverenciada y el lo hizo, y cabando algunos días por
servir y obedecer a la Virgen no la podía allar, i permitió Dios que estaban
allí cerca unos criados desta Cartuxa labrando unas tierras al lado de
dicho montesico, se compadecieron del venerable viejo, y cavaron adonde el
se avia dexado y la allaron y se la entregaron
con notable regosixo de todos y mas del Siervo de Dios, y començaron de
nuevo a venerarle por Santo. Esta Santa Imagen se la llevó a su casa, y la tuvo
en su aposento en dicho lugar de Puçol, obrando Dios por ella muchos milagros y
entre todos uno mui ordinario y era que mientras la tuvo el Siervo de Dios en
su Casa, todas las veces que se aparecian nuves amanaçando alguna ruyna en los
frutos, luego acudían a su Casa a que sacase la Santa Imagen y rogase por ellos
y el santo la sacava a la ventana y se arrodillaba delante de ella rogándole
que intercediese con su hijo para que no les castigase y luego se deshazian las
nubes milagrosamente dando todos gracias a Dios y a la Virgen por el fabor y
también a su siervo que por las oraciones les avia librado del castigo de Dios
y les faborecia con tantos milagros.
Esta imagen pareciéndole
al Siervo de Dios que no era digno de tenerla en su Casa la entregó a la
iglesia parrochial del dicho lugar de Puçol, donde se le labró una buena Capilla
y esta mui venerada con titulo de Nuestra Sra. del Pie de la Cruz obrando Dios
por su intercesión muchos milagros. Ultimamente murio dicho Siervo suyo Pedro
Muños y el dicho Sr. Patriarca le mando enterrar en la Iglesia de su Seminario
junto a la puerta de la Sacristia venerándole por santo…
Este texto, que narra
sucintamente la vida de Pedro Muñoz y el descubrimiento de la imagen de la
Virgen, difiere notablemente de la realidad en las líneas que aparecen
subrayadas. Así pues, vemos cómo a Pedro Muñoz se le revela la situación de la
imagen enterrada mediante una aparición de la Virgen y no con la visión de la
caída de las cinco estrellas. Cuantifica el trabajo de Pedro Muñoz de cavar en
busca de lo enterrado en varios días cuando realmente fue un solo día y en
cuanto a los criados, dice que lo eran de la Cartuja, cuando en 1570 era una
alquería propiedad del inquisidor Cristóbal Roig, ya que la Cartuja no se fundó
hasta el año 1585. Dice que estos
dos criados cavan donde lo había dejado Pedro Muñoz compadecidos de su penoso
trabajo cuando en realidad lo hicieron a escondidas creyendo que encontrarían
algún tesoro enterrado y al encontrar la imagen no se la entregaron a Pedro
Muñoz con general regocijo sino que hubo que forzarles a entregarla.
Finalmente, cuando Pedro Muñoz entrega la imagen de la Virgen a la iglesia de
Puçol es colocada en un nicho encima de la puerta de la sacristía, y no se le
labra una capilla hasta que se construye la nueva iglesia años después.
En el año 1697 se publica en Valencia la obra Segunda Peregrinación del dotor D. Pedro Cubero Sebastián, Misionero Apostólico del Asia, y Confesor General [...] en la que en los fol. 167-8 podemos leer:
Me
ha parecido no ser fuera de propósito en este lugar hacer memoria de la
milagrosa y antiquísima imagen de Nuestra Señora al Pie de la Cruz, que tan
devotamente es frecuentada de los fieles en la iglesia parroquial de Puzol,
lugar que dista un cuarto de legua del Puche por ser semejante la manifestación
de esta a la que he contado de la del Puche, habiendo también sido hallada en
su mismo término. La materia es una tabla de alabastro, su altitud un palmo y más
de tercio y la latitud un poco más de un palmo. La imagen de la Virgen, de
medio relieve, entera, su postura sentada al Pie de la Cruz y con los brazos
cruzados delante el pecho mirando a su hijo Jesucristo que se le tiene en el
regazo. Acompañan a la Virgen dos imágenes enteras del apóstol San Pedro y
Santiago, puesto cada uno sobre su columna. Háse discurrido y no sin fundamento
ser hechura de los fieles de la primitiva iglesia escondiéndola en el año 714
de la pérdida de España para que los árabes vencedores no triunfasen insolentes
destrozándolas como habían hecho de otras Santas Imágenes. El año 1570 por
medio de cinco estrellas que cayendo del cielo se escondían sobre la eminencia
de un montecillo llamado Cabeçol que está situado en el término del Puche le
fue revelado ser aquel el lugar donde estaba enterrada la imagen de La Virgen
al Pie de La Cruz al venerable ermitaño Pedro Muñoz, natural de Puzol, cuyas
virtudes acreditaron muchos milagros en vida y muerte y el aplauso común de
santidad. Comunicóle muy íntimo el Señor Patriarca de Antioquía y Arzobispo de
Valencia don Juan de Ribera y quiso enriquecer su Colegio del Corpus Christi
con el depósito de sus reliquias en el año 1610 en que murió de 90 años y
siendo hallada dicha Santa Imagen la asignó y aplicó su Ilma. al lugar de Puçol
que la venera por su Patrona debiéndole sus habitantes la protección en todas
sus necesidades confesando los favores de innumerables beneficios que han
recibido y están recibiendo cada día de Dios por medio de la intercesión de
esta Santa Imagen y en especial por haberles librado el año 1647 del común
contagio de este Reino de Valencia, pues habiendo la ira de Dios casi acabado
en todas las poblaciones de este Reino, éste solo lugar no experimentó rigores
de la divina justicia pues ni de los naturales ni de los extranjeros que se
protegieron en este lugar murió persona del pestilencial contagio
Este autor, para redactar la
entrada correspondiente a la Virgen al Pie de la Cruz, se valió de la copia del
manuscrito original de mosén Francisco Planes, remitida a mosén Jerónimo
Martínez de Vega, vicario del Hospital General de Valencia.
Este es el texto del manuscrito
de Francisco Planes:
(fol 318) La Virgen del Pie de la Cruz
En el tiempo que el Illmo. Don Juan de
Ribera, meritíssimo Arzobispo de Valencia, y digníssimo Patriarcha de
Antioquia, vivía y San Luis Bertrán y el Padre Nicolás Factor vivía juntamente
en aquel tiempo el hermano Pedro Muñoz, todos mui amigos, y tratándose muy
familiarmente y como el hermano Pedro Muñoz era un hombre lego y no podía
seguir tan perfectamente la vida como San Luis Bertrán, y el P.e
Nicolás Factor determinó de tomar el estado de hermitaño, y dejar su casa y
hacienda, el qual era del lugar de Puçol, y este previniendo primero la
vendición de sus padres espirituales, se retiró a vida heremítica vistiéndose
el Ávito de San Pablo, y como ahora fuese por la devocion que tenía a la
Cartuxa, aora fuese por averlo Dios ordenado assí, se fue al Rl.
Convento de Val de Christ, el qual es grande por muchos títulos y agradándole
el sitio pidió a los Padres y al Prior de el Convento que para su consuelo le
hiciesen favor de la hermita de San Julián, que es de los dichos Religiosos.
Conque se la otorgaron y se la dieron para su retiro, y quedó dho Padre Pedro
Muñoz propiciario de dha casa, sustentándose y alimentándose del comercio y
rentas de dha casa, no faltándole cosa que fuese de su consuelo. El tiempo que vibio
allí no se save. Y estando en dha hermita ciertos días (fol
319) en oración, alguna vez a la puerta
de la hermita, no solo una sino muchas veces vio que del cielo vajavan cinco
estrellas de resplandor celestial que señalavan açia el lugar de Puçol y viendo
esto muchas veces y no determinándose qué señal sería aquella, y encomendándose
al Señor, se fue al Convento de la Vall de Jesús de Religiosos de San Fran.
Recoletos, questa mas arriva de Puçol a mano hisquierda yendo a Murviedro, a
ocasión que entonces estava allí por guardían el Pe. Nicolás Factor,
y fue a verle y comunícale su espíritu, y lo que aquellos días havía visto, y
le mandó que se retirase en el monte propio questa arrimado al Convento, que se
llama vulgarmente el Picayo, y que se quedase allí algunos días en una hermita
antigua que oy se llama la hermita vieja, que está a la mitad de la suvida de
dho monte, y que mirase de allí muy bien las estrellas q. vajavan y señalavan.
Violo el santo hermitaño muy bien y pudo discernir y descubrir a dónde
señalavan las dhas estrellas, que era encima de un monte que se llamava el
Cabesol, y oy en día se llama así mesmo. Y se lo dijo al Pe. Nicolás
Factor, y le mandó siguiera aquel prodigio. Fue el santo hermitaño, y empeço a
cavar en lo mas alto del monte, y estando cavando le vieron dos criados del
Convento de la Cartuja de Ara Christi, que estavan travajando en las heredades
de dicho Convento, y se quedaron suspensos de ver a aquella ora al Pe.
Muñoz cavando. Ya fuese que como era viejo, o que fuese esta la voluntad de
Dios, se volvió a Puçol sin acavar de cabar a tomar un refresco, (fol 320) o por otra cosa que le faltava, y como los dhos Mozos vieron que se
avia ydo fueron prestos en acudir al puesto, y pensaron no fuese algún tesoro
el que buscava el hermitaño enpeçaron a cavar en dicho puesto y ahondaron mas
que no el hermitaño y allaron a la Reyna Santíssima, y quedándose atónitos y
admirados de tal maravilla la sacaron y tornaron con mucha devoçion, y la
trujeron al Convento de la Cartuja o Alqueria de Roig, porque entonzes ni bien
era Convento ni bien era alqueria, porque era a los principios de su fundación,
y muchos no le llamavan convento sino la Alquería de los Inquisidores Roig.
Con
el mucho cuydado que el Padre Muñoz tenía de volver a cabar no podía sosegar en
su casa que la tenía propia en aquel lugar de Puçol volvió a toda prisa, a
continuar en cavar y ya no vio las cinco estrellas, ni menos la claridad (que
al modo sería de noche), antes vien cavado el monte y de diferente modo la
tierra de lo que el la avia dexado, y sin reparar en nada, inspirado de Nuestro
S., se fue corriendo al convento o alquería, pidiendo a grandes voçes y
lágrimas la Santa Imagen que havían allado los Mozos, diciendo que era suia y
que Nuestro Señor se lo avía revelado a el, aciéndose mui dificultosos, y el
siempre insistiendo con mucho ferbor y lágrimas, dixeronlo al Prior y al Padre
que presidía en aquel tiempo y le dijo que si hera suya (como decía) que le
diese las señas que tenía, y viniendo bien el santo Pe. Muñoz sin
averla visto, dixo, que era una santa Imagen de Piedra Morenita, con título del
Pie de la Cruz, que está asentada (fol 321) y tiene a su Hijo encima de las rodillas,
del modo que le vajaron de la Cruz, que estava muy dolorosa, y que tenía por
más señas que a los lados de la Imagen avía dos pirámides y en el Remate de la una
que es la derecha está San Pedro con las llaves, y en la otra pirámide de la
mano hisquierda está Santiago con su bordón y esclavina, a modo de peregrino, y
añadió mas, que por mas señas que los mozos quando cavaron fueron con tan poca
reverencia, que le rompieron un pedacito de la mano derecha de la parte de la
esquina del braço, y viendo las señas que dava, sin averla visto, y que no
faltava en cosa determinaron de dársela y entregándosela de buena gana hoy en
día está en la Iglesia de el lugar de Puçol con las mesmas señales. Llevola el
santo hermitaño a Puçol, y la depositó en su casa en un nicho de una pared, fue
todo el lugar a verla, y hacía muchissimos milagros, y prodigios, dixéronlo al
P. Patriarcha, y le dixo al Sto. hermitaño que sería mexor para
total consuelo de todo el lugar que la entregase al lugar, y la depositasen en
puesto decente en la Iglesia, con que el Sto. hermitaño lo hizo
assí, y ordenando y disponiendo muchas fiestas, se determinó el día, el qual no
se ha podido saver, si bien es cierto estará en la memoria en el archivo de dho
Lugar y de la Iglesia. Llevaronla en processión con mucha alegria y assistencia
del clero de dho lugar, y llevandola en las manos el Retor la llevaron en processión
a la Iglesia, y el Pe. hermitaño Pedro Muñoz iba entre los dos
jurados del lugar, detrás de la Santa Imagen, derramando muchas lágrimas. Y
alavando al Señor y a su Santa Madre. Quedó depositada (fol 322) en dha Iglesia y oy en dia esta en su Capilla
con mucho consuelo de todos, y el lugar la nombro y tomo por su Patrona. Los
milagros y prodigios que a echo y aze son infinitos, y la devoción es mucha en
dho. lugar y en todos los circunvecinos, y estan dando gracias a Nuestro Señor
de haverles dado tal consuelo.
El texto escrito por Francisco Planes es, desde entonces, el que ha servido, con algunas pequeñas diferencias, de referencia para las sucesivas biografías de Pedro Muñoz que se han publicado.
Así, Isidoro Planes Valero,
sobrino del mencionado Francisco Planes, es el autor de un libro manuscrito
titulado Tradición histórica de la Sta. Imagen de Nuestra
Señora al Pie de la Cruz que
se venera en el lugar de Puzol en este Reino de Valencia,
escrito en 1708 y conservado en la biblioteca personal de San Juan de Ribera,
en el Real Colegio del Corpus Christi de la ciudad de Valencia. En este libro
narra, entre otras cosas, los pormenores del hallazgo de la imagen de Nuestra Señora al Pie de la Cruz por Pedro
Muñoz.
En
el capítulo 1, después de describir brevemente el lugar de Puçol, hace una
memoria de las personas que intervinieron en el hallazgo de la imagen, Pedro
Muñoz y el entonces arzobispo de Valencia y Señor de Puçol, Juan de Ribera.
A cuyo asunto de este tratado, cuyo feliz hallazgo
deseando escribir, me ha parecido conveniente hacer antes memoria del ermitaño
Pedro Muñoz, natural del lugar de Puzol, que vivió solitario en la ermita de
San Julián, cerca del Real Monasterio de Cartujos llamado Vall de Christ a una
milla de distancia de la ciudad de Segorbe en este Reino de Valencia. Para que
noticiosos de su ejemplar vida nos persuadamos prudentemente, no desmereció
Dios por sus fines bien visto, se dignase manifestar a su siervo fiel, el lugar
donde estaba escondida de los ojos de los hombres la Santa Imagen de Nuestra
Señora, para que los devotos fieles la tributasen // 6 // las debidas
veneraciones.
El ermitaño Pedro Muñoz, cuyas virtudes pueden, con
justo título, ser lucido empleo de grandes ingenios y materia en que se
celebren plumas mas delgadas que la mía, para que la memoria de este
contemplativo solitario no quede enterrada en el sepulcro del olvido ni su
buena vida encerrada en el calabozo del silencio, antes bien que a despecho del
tiempo se eternice burilada en láminas de acrisolada fama pues los varones
insignes en virtud, no tanto mueren por estar difuntos cuanto por estar
olvidados. Nació en Puzol, lugar de este Reino y Diócesis de Valencia el año
1520 // 7 // fue dotado de espíritu profético y de alta contemplación, tan
humilde como penitente, causa de su gran caridad para con Dios y los prójimos,
su alma fue preservada de toda impureza imitando a los ángeles en los
virginales candores, toda su vida fue siervo amante de María Santísima y tan
devoto del Santísimo Sacramento, que con su invocación sanó muchos enfermos.
Su traje humilde y modestia piadosa le hacían un
compuesto que parecía un hombre celestial y de una palpable santidad. Siendo
idea ejemplar de virtuosos y santos vivió vida más que humana, angelical,
bienaventurada e inocente aprobada por voz y consentimiento // 8 // común pero
muy ejercitada con varias asechanzas del demonio que venció ayudado de la
divina gracia. Lleno de méritos, en su madura y venerable senectud habiendo
vivido noventa años, en el dia en que todo el orbe cristiano celebró la
festividad del Santísimo Sacramento, como ya le había profetizado algunos días
antes, con gran opinión de santidad, fue trasladado de este paraíso terrestre
valenciano al celestial el día 10 de junio del año 1610.
La dulzura, sencillo trato, conversación suave y santa
de este varón perfecto fue motivo que le comunicase muy íntimo el Ilmo. Sr.
Patriarca Arzobispo de Valencia // 9 // el Señor don Juan de Ribera, de cuya
persona hago especial memoria en este tratado, porque fue medio eficaz su
interposición para llegar a las manos del ermitaño Pedro Muñoz la Santa Imagen
de Nuestra Señora al Pie de la Cruz, prenda que ha ilustrado al lugar de Puzol
como diré en el capítulo siguiente.
El Ilmo. Sr. don Juan de Ribera, Patriarca de
Antioquía y Arzobispo de Valencia fue gran capellán y singularísimo venerable
del Santísimo Sacramento del Altar, cuya afectuosísima devoción pública es la
suntuosa fábrica de la Iglesia del Chorpus Christi, en // 10 // cuya erección
consumió gustoso el pingüe patrimonio que poseía, para que perpetuamente en
ella se venerase, adorase y confesase la física y real existencia de Cristo
Señor Nuestro en el Santísimo Sacramento del Altar, estando patente todos los
jueves del año y octava del Corpus Christi, con augusta magnificencia tirando
la línea en especial esos días a lo más primoroso del culto en veneraciones y
ceremonias y en la armoniosa pauta del canto divino, herencia adquirida del
celo de su Santo fundador.
La cordial devoción que el venerable Señor Patriarca
tuvo, viviendo, al Santísimo Sacramento la manifestó Dios al mundo después de
muerto este prelado, pues al tercer dia después de su muerte // 11 // que fue
el de su entierro, en la misa cantada de cuerpo presente que le celebró el
Obispo de Segorbe don Pedro Casanova al venerable cadáver, se le encendió el
rostro y abrió los ojos este difunto prelado y los tuvo abiertos a la elevación
de la Sagrada Hostia y Cáliz y puesto este sobre el venerable cadáver cerró los
ojos y perdió el rosado color. Portento que atribuyeron todos a milagroso en
manifestación de la gran devoción que tuvo el Santo Patriarca viviendo a este
hermano Señor en el Altar Sacramentado. Fue lumbrera de primera magnitud, raro
ejemplo de virtudes, dechado de gloriosas costumbres, cuyas acciones seguían
los prelados de España // 12 // y fuera de ella como San Carlos Borromeo y aún
el Santo Pontífice Pío V llegó a decir que se confundía de su gran humildad y
parsimonia. Fue tan noble como docto, tan vigilante como prudente pastor,
singular apreciador de los secuaces de las virtudes, cuyo palacio fue un remedo
del celestial, pues ningún estado de personas virtuosas excluía, siendo sus
delicias comunicar familiarmente con todos los profesores, con cuya santa
conversación, inflamado, animado y endulzado su espíritu, multiplicó tanto los
talentos según refieren las historias de su vida y el proceso de su
beatificación // 13 // y canonización que podemos creer.
Este venerable siervo de Dios el Señor don Juan de
Ribera conociendo que lo sobresaliente de las virtudes de este ermitaño Pedro
Muñoz le acreditaron de milagros y el aplauso general de varón santo a
estimarle y tratarle viviendo y después de muerto enriqueció la iglesia de su
Colegio con el depósito de sus cenizas en honrosa sepultura junto a la puerta
de la sacristía, esperando la resurrección general // 14 // y el mismo Señor
Patriarca, para perpetuar la memoria del dicho Pedro Muñoz le hizo retratar a
Francisco Ribalta en el lienzo principal del retablo mayor de la misma iglesia
donde esta enterrado y representa, con largas barbas canas al tercer apóstol
vestido de colorado mas apartado de Cristo Señor Nuestro y a su izquierda y aun
segunda vez le hizo pintar al fresco a Matarón [Matarana] en la pared de la
capilla de Nuestra Señora de la Antigua de dicha iglesia del Corpus Christi
entrando a mano izquierda en la misma forma y traje de ermitaño con barbas
canas y crecidas y con las manos plegadas a los pies de una imagen de la
Virgen.
Sin que se pueda sospechar que el Señor Patriarca
tratase familiarmente al dicho ermitaño porque // 15 // fuese de noble estirpe,
pues aunque de limpia, descendía de honesta familia, ni porque fuese rico de
bienes temporales, pues aunque rico en el espíritu, en la realidad fue pobre,
guardando enriquecido el oro de la caridad y la plata de la pureza. Ni menos le
estimó por constituido en dignidad, pues de corazón humilde solo llegó a vivir
solitario en una ermita llamada de San Julián junto a Vall de Cristo. Solo
pues, le pudo mover al venerable siervo de Dios Juan de Ribera a tratar
familiarmente con el ermitaño Pedro Muñoz, el hacer retratar y guardar los
huesos en la iglesia del Corpus Christi, por estar los dos dotados de una
simpática y devota inclinación // 16 // a todos los ejercicios de las virtudes
y el ser ambos especiales escultores y singulares veneradores del Santísimo
Sacramento del Altar
En
el capítulo 2 de este libro manuscrito hace mención a las
circunstancias del hallazgo de la imagen:
Estando en oración como
solía el hermano Pedro Muñoz en su contemplativa ermita de San Julián le
parecía // 17 // que intelectualmente se hallaba en Puzol y
que allí veía caer del cielo cinco resplandecientes estrellas hacia la villa
del Puche. Dióse dudado dado la repetición de esta visión interior y movido de
superior impulso se fue a su patria, Puzol y desde ella vio ocularmente
repetidas veces caer del cielo repetidas veces en forma y número de cinco
estrellas que les servía de sepulcro la eminencia del montecillo llamado
Cabeçol del Puche, que esta situado en el término del Puche y entre esta villa
y el lugar de Puzol. Viendo suceso tan portentoso y que el desprenderse del
cielo cinco estrellas y esconderse bajo la tierra ni era casual, ni dejaba de
tener algún misterio, comunico el ermitaño // 18 // la visión con su
cordial amigo el venerable Fray Pedro Nicolás Factor, religioso franciscano que
entonces era guardián del convento de la Vall de Jesús de la Santa Recolección,
situado a las raíces de un monte cerca de Puzol (hay anotado al margen: y
con el Patriarca Juan de Ribera) de cuya extática, penitente, mortificada y
milagrosa vida hay historia que refiere lo perfecto de su vida y dichosa
muerte.
Este varón religioso fue
devotísimo del Santísimo Sacramento y tierno Capellán de María Santísima,
mereciendo que le hablase la Santa Imagen de Nuestra Señora de Atocha en Madrid
como lo refiere Quintana en la Historia de esta Imagen y después de haber encomendado
a Dios // 19 // el encargo del ermitaño que notase el
lugar donde caían las estrellas que allí encontraría una prenda de sumo aprecio
y digna de toda estimación. Animado pues el buen ermitaño con la respuesta del
siervo de Dios Fray Nicolás Factor -- al margen: y del Santo Patriarca -- fue
prevenido a la eminencia del montecillo llamado el Cabeçol y dándole el aviso
las estrellas con caer y esconderse, empezó allí a cavar animoso pero, cerrando
mucho la noche y como era ya anciano desistió cansado con intención de volver
al amanecer del dia siguiente para dar fin a su empezada tarea cobrando fuerzas
con algún corto descanso pero // 20 // dos labradores que vieron la
ansia con que cavaba el ermitaño, los cuales habitaban en la alquería del
Inquisidor Micer Cristóbal Roig (la cual alquería fue en la que se fundó
después a 7 de abril de 1585 el Convento de Cartujos llamado del Ara Christi)
discurriendo a lo humano buscan algún tesoro terrestre para enriquecerse con
el, luego que se fue el ermitaño Pedro Muñoz cavando y profundizando más la
tierra, allí mismo encontraron admirados la Santa Imagen de Nuestra Señora al
Pie de la Cruz y cavando la quebraron con un golpe de azada un pedacito de la
esquina inferior de la parte diestra.
// 21 // Discurrieron los
labradores llenos de gozo que aquella Santa Imagen era el tesoro que al parecer
buscaba el ermitaño y así, contentos y satisfechos con el hallazgo encontrado,
desistieron de cavar y se retiraron alegres con la Santa Imagen llevándosela a
la alquería del Micer Roig donde habitaban, con la determinación de quedársela
para sí como a prenda que les había abstraído todos los sentidos para venerarla
en su habitación. Al amanecer del dia siguiente volvió el ermitaño Pedro Muñoz
y llegando a la eminencia del montecillo y viendo habían profundizado más la
tierra y que el hoyo // 22 // era mayor que el empezado por él, quedó
con interior inteligencia noticioso del hallazgo de la Santa Imagen y de sus
individuales señas, quienes eran los que se la llevaron y donde la tenían. Fue
grande el desconsuelo del ermitaño, hacíale cargo su humildad, era causa su
descuido de estar la Santa Imagen en ajena posesión, luchó la desconfianza de
alcanzarla con la esperanza de lograr posesión de ella pero, considerando que
la paciencia es medio para llenar nuestros deseos temiendo las circunstancias
que pareciole que dió // 23 // proporcionado ir a la alquería y que
dándoles las señas a los labradores lograría su petición: la posesión de la
Santa Imagen, fue que tuvo el desengaño con la respuesta que le dieron los
labradores.
Grande debió ser el
desconsuelo que tuvo el ermitaño Pedro Muñoz con la respuesta negativa de los
labradores, pero como las visiones que precedieron al hallazgo fueron
sobrenaturales y el fin, para ser esta Santa Imagen venerada como Patrona de
Puzol, dispuso el Señor volver la tristeza del ermitaño en gozo y la oculta
invención de la Santa Imagen en pública manifestación del suceso //
24 // Movido interiormente todo fue uno, ir a Valencia a verse con el Señor
Patriarca de Antioquía y Arzobispo de Valencia don Juan de Ribera, informarle
del echo y hallar consuelo en su respuesta y remedio en la pretensión pues,
constándole a Muñoz es hombre de ejemplar vida y de conocida verdad, este
ermitaño y reconociendo lo raro de la invención // 25 // y apetecible de
la Santa Imagen se fue el señor Patriarca con el ermitaño a la alquería del
Inquisidor Roig pidió por los hombres y dándoles las señas confesaron la verdad
y entregaron la Imagen de Nuestra Señora al Pie de la Cruz en manos del Señor
Patriarca que admitió lleno de gozo y contento y venerada la Santa Imagen por
su Ilustrísima y todos los demás que allí estaban la entregó al ermitaño Pedro
Muñoz, con la expresión que aquella Santa Imagen tenía de entregarla al lugar de
Puzol para que allí, como a Patrona fuese venerada y con esta condición la
admitió y a su tiempo cumplió su promesa // 26 // y viendo la Santa
Imagen en sus manos el ermitaño, lleno de gozo profirió enseñado de las
palabras de la sabiduría: todos los tesoros conseguí teniendo esta Santa Imagen
en mis manos que es todo mi bien y la conservaré por el más estimable, pues por
barro reputaré al oro con la estimación que la venero. Agradecido por este
favor, toda mi vida reverenciaré a esta Santa Imagen teniéndola por guía y luz
de mis operaciones, pues el esplendor que influye su benevolencia no se puede
apagar // 27 // sin que pudiese reprimir los ímpetus del espíritu, sin
comunicarlos al cuerpo, que cuando los gozos del espíritu son tan mayores, se
refunden también en lo sensible pues son como avenidas que salen de madre,
sucediéndole lo que al gran profeta David, que su corazón y su carne se gozaron
en el Señor y alegraron en Dios vivo. Y faltó poco al Venerable Ermitaño para
saltar de contento delante la imagen de María Santísima como lo hizo el profeta
Rey delante del Arca del Testamento // 28 // Y fue fácil que ambos
conviniesen en la asignación de la Santa Imagen al Pie de la Cruz para el lugar
de Puzol, pues el venerable Pedro Muñoz conoció convenía la entrega para las
felicidades y honorificiencia de su Patria y Monseñor Ilustrísimo don Juan de
Ribera como el señor Obispo que era de Puzol quiso enriquecer a sus vasallos
con el depósito de tan Soberana Señora.
En el año 1723 se publicó en Valencia el
libro Oración panegírica a la milagrosa
imagen de María Señora nuestra al Pie de la Cruz,
en el que, además de la citada oración que había pronunciado el 8 de septiembre
de 1722 en la iglesia parroquial el R.P. fray Antonio García, religioso de San
Gerónimo del monasterio de San Miguel de los Reyes, Isidoro
Planes incluyó un conciso relato del descubrimiento de
la imagen por Pedro Muñoz y los milagros obrados por la misma.
… y que allí perseveró
oculta, hasta el año 1570. en que el venerable Pedro Muñoz, natural de Puzol,
Hermitaño en la Hermita de San Julian, cercana à la Real Cartuxa de nuestra
Señora de Valde-Christo (cerca de la ciudad de Segorbe) donde vivía solitario,
con grandes créditos de virtuoso, inocente, y sencillo movido interiormente por
soberano impulso, se fuè à Puzol su Patria, y vió desprenderse del Cielo cinco
resplandecientes luzes en forma de brillantesestrellas, sobre lo mas elevado de
un montecillo, llamado el Cabeçol del Puche, situado en si termino, y cercano a
Puzol. Como devoto, cuerdo, manifestó la visión a los Venerables Señor Don Juan
de Ribera, Patriarca de Antioquia, y Arçobispo de Valencia, Mon Señor; y el
Extático Padre Fray Nicolas Factor, Religioso Franciscano Observante, Guardian,
que era del Convento de la Val de Jesus; y ambos uniformes le animaron a cavar
donde caían, y se escondían las Estrellas, que señalavan sin duda, algún tesoro
de grande estimación escondido.
Con la respuesta de tan Misticos Varones animoso, y prevenido
el Hermitaño, empezó a cavar en el lugar señalado por las estrellas; pero ya
cansado, y entrada la noche, desistió, con intento de repetir por la mañana su
començada tarea. Azecharon dos labradores la ansia, y afán con que el Hermitaño
cavava; y discurriendo, le motivava la codicia de sacar algún tesoro escondido,
viéndole ausente, y dexada la empressa, codiciosos profundaron el hoyo, y
encontrada la Imagen, gozosos, y satisfechos de ser este el tesoro, que
solicitava el Hermitaño, se la llevaron a su habitación, determinados a
quedarse con la rica Prenda.
Antes de amanecer el siguiente día, bolvió el hermitaño Pedro
Muñoz al sitio, para continuar la començada tarea; y viendo mas profundo el
hoyo de lo que lo avia dexado, se persuadio agligido, a que le avian robado el
tesoro, que ansiosamente buscava: pero como era la voluntad Divina su
descubrimiento, quedó de lo alto noticioso de la invención de esta Santa
Imagen, de su forma, y hechura, y que la tenian dos labradores en la Alqueria
del Inquisidor Don Christoval Roig, que estaba situada donde ahora vemos
edificada la Magnifica Cartuxa de Ara Christi.
No emperezó el Venerable Hermitaño, y calçando el deseo, fue a
buscar a los labradores, y les pidió la Santa Imagen, dándoles todas sus
individuales señas; y ellos le negaron el hallazgo. Quedó desconsolado con su
repulsa; pero no quedó sin la esperança de lograr su possession: y acudiendo
diligente a Valencia, informó de todo al Señor Patriarca, que dando crédito a
su grande conocida virtud tomó coche; y llegando a la Alqueria del Inquisidor,
pidió a los labradores la Imagen, que gustosos, y rendidos confessaron el
hecho, y entregaron a su Excelencia la Imagen; y el Santo Patriarca alegre, y
bañado en tiernas lagrimas de gozo, la veneró, y entregó al Hermitaño Pedro Muñoz,
con la expresión, que la asignava [a] la Iglesia de
Puzol, para en ella ser venerada; de cuya población era Señor, por estar anexo
su dominio a la Mitra de Valencia. Con este pauto admitida la Santa Imagen por
el Hermitaño, se la llevó, y colocó en una casa de Puzol, donde entre sus
parientes estaba aposentado.
En un instante publicó la fama un Bando con todas las noticias
de este maravilloso sucesso, y como estaba la Imagen colocada en la casa donde
vivía el Hermitaño Pedro Muñoz. Concurrió todo el Pueblo a ver el prodigio; y
rendidos la dieron la bienvenida a su tierra, y suplicaron devotos se dignasse
esta gran Reyna, y evecindada Señora admitir Capilla decente en la Iglesia,
para recebir en ella sus devotos cultos y mas publicas veneraciones…..
Unos años después, en 1747, José Vicente Ortí y Mayor escribió una amplia biografía de Pedro Muñoz que tituló Vida del Venerable hermano Pedro Muñoz y
descubrimiento de la imagen de Nuestra Señora al Pie de la Cruz venerada en
Puzol, a la que nos hemos referido al principio de
este texto.
En 1886, Jaime Torrent y Cros, publicaba en Valencia la obra Noticia de
imágenes, santos y venerables pertenecientes al Reino de Valencia, en la que
aparece en la página 67 el relato del descubrimiento de la imagen de Nuestra Señora al Pie de la Cruz y en la
página 138 una biografía de Pedro Muñoz.
Este texto, en lo
que se refiere a la vida de Pedro Muñoz, no difiere prácticamente en nada de lo
que nos relatan los diferentes autores que hemos visto y, en las circunstancias
del hallazgo de la imagen, sigue el mismo relato que hemos visto en Isidoro
Planes, aunque hay algunas diferencias dignas de mencionar en cuanto a la
intervención del entonces arzobispo de Valencia, Juan de Ribera, tanto cuando
Pedro Muñoz es aconsejado por Nicolás Factor, como cuando Pedro Muñoz vuelve al
día siguiente y se enfrenta a los dos labradores que habían cavado y encontrado
la imagen.
Francisco Planes,
primer autor del relato de los pormenores del hallazgo, no menciona en ninguno
de los casos la participación de Juan de Ribera. Pedro Muñoz solamente comunica
sus visiones de las cinco estrellas al guardián del convento de Vall de Jesús, fray
Nicolás Factor, el cual le aconseja que observe desde la ermita cercana al
convento. Es a partir del relato manuscrito de Isidoro Planes, que añade en el
margen del texto la participación del entonces arzobispo de Valencia y Señor de
Puçol, Juan de Ribera.
En 1917 el
sacerdote de Puçol, J. Alfonso Bosch publicó en Valencia una obra
titulada El venerable hermano Pedro Muñoz y la
Patrona de Puzol, obra de la que
no hemos podido encontrar ningún ejemplar.
También el deán de la catedral de
Segorbe, Romualdo Amigo Ferrer, hijo de Puçol, publicó en 1926 una obra, Pedro
Muñoz, en la que igualmente relataba el hallazgo de la imagen y el inicio
de las fiestas que se le dedicaron a la Virgen a partir de 1600, según constaba
en los libros Racionales que había podido consultar en el archivo parroquial.
De esta obra tampoco hemos podido encontrar
ningún ejemplar.
El que fue cronista de Puçol, Francisco Roca Alcayde,
publicó en el año 1970 la Historia de
la imagen de Nuestra Señora la Santísima Virgen del Pie de la Cruz, Patrona
canónica de Puzol, editado con
motivo de celebrarse el IV centenario del hallazgo de la imagen. En el capítulo
I y II de la obra narra el hallazgo de la imagen por Pedro Muñoz.
● ALFONSO
BOSCH, J. El venerable hermano Pedro
Muñoz y la Patrona de Puzol. Valencia. 1917
● CASTELVÍ COLOMA, José de. Catálogo
de todas las santas imágenes de nuestra señora que dichosamente se veneran en
la ciudad, villas y lugares en el reyno de Valencia con una breve descripción
del modo, sitio y lugares en donde se hallaron y tubieron el origen las
Santísimas imágenes con sus invocaciones. Manuscrito. Valencia. 1689
● CUBERO SEBASTIAN, Pedro. Segunda Peregrinación, donde se refieren los sucesos más memorables, así de
las guerras de Hungría en el asedio de Buda, batalla de Arsan y otras, como de
los últimos tumultos de Inglaterra, deposición del rey Jacobo e introducción
del príncipe Guillelmo de Nassao, hasta llegar a la ciudad de Valencia. Jaime de
Bordazar. Valencia. 1697
● FERRI CHULIO, Andrés de Sales. IV
Centenari de la
dedicació de l’Esglesia parroquial del Sants Joans de Puçol. 1607 – 2007. Imp Luis
Palacios. Sueca. 2007
● GINER Y ARAGÓN, Juan Bautista. Historia de la cartuja de Ara Christi. Manuscrito. 1664
● GUIMERAN, Felipe. Breve historia
de la Orden de Nuestra Señora de la Merced de Redempcion de cautivos
christianos y de algunos santos y personas illustres della... : tratase mas en
particular de la... casa de la madre de Dios del Puche de Valencia. Herederos
de Juan Navarro. Valencia. 1591
● ORTÍ
Y MAYOR, Joseph Vicente, Fundación de el real monasterio de N. Señora de Ara
Christi de monges cartuxos en el Reyno de Valencia. Valencia. 1732.
● ORTI y MAYOR, José Vicente. Vida
del Venerable hermano Pedro Muñoz y descubrimiento de la imagen de Nuestra
Señora al Pie de la Cruz venerada en Puzol. Valencia. 1747
● PLANES, Francisco. Historia de la
Santa Imagen del Pie de la Cruz, venerada en Puzol. Manuscrito del año 1649
que estuvo en el archivo parroquial de Puzol.
● PLANES. Isidoro. Tradición
histórica de la Santa Imagen de Nª Sª al Pie de la Cruz. Manuscrito.
Valencia. 1708. Biblioteca del Santo Patriarca
● PLANES. Isidoro. Oración
panegírica a la milagrosa imagen de Maria Señora nuestra al Pie de la Cruz. Antonio
Bordazar. Valencia. 1723
● ROCA ALCAYDE, Francisco. Historia de la imagen de Nuestra Señora la
Santísima Virgen del Pie de la Cruz, Patrona canónica de Puzol. Valencia.
1970
● TORRENT Y CROS, Jaime. Noticia de imágenes, santos y
venerables pertenecientes al Reino de Valencia. Ramón Ortega. Valencia. 1886
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