El día 9 de noviembre de 1857,
el vicario de la parroquia de los Santos Juanes de Puçol, Juan Soriano, anotaba
en el Quinque Libri correspondiente que, el día anterior, había dado
sepultura al cadáver del vecino Vicente Ruixo, de 87 años de edad que había fallecido
ahogado en su propia casa. Vicente, hijo de Venancio Ruixo y de Josefa Bosch,
era consorte en segundas nupcias de Francisca Ruixo, de 77 años.
Lo curioso y extraordinario en
este asiento del libro es lo que sigue a continuación:
Nota para perpetua
memoria. - El difunto que antecede y la difunta que subsigue, consortes,
fallecieron ahogados de resultas de una fuerte avenida de aguas nunca vista en
esta villa, que inundo el vado y población, derribando algunas casas de ella y
llegando la altura del agua en algunas de ellas a siete palmos, como en la de
los difuntos, situada en la calle de San Juan y aunque no se puede afirmar de
positivo cual de los dos consortes falleció primero, se puede inferir con
bastante probabilidad que faltó primero el consorte que la consorte, pues en
los primeros clamores se oyeron las voces de ambos y en los segundos que
tardaron un cuarto de hora ya no se oyó mas que la voz de la consorte, sin que
nadie pudiese darles alivio ni socorro =
cuya avenida según se nota después de serenado el tiempo fue procedente del
barranco del Puig, que no pudiendo dar salida a la multitud de las aguas
desbordando estas por el camino de Rafelbuñol y unidas con las de los vesantes
de esta inundaron Po……………. y huertas, causando pérdidas considerables.
A continuación aparece el
asiento dando cuenta de la defunción de la esposa, Francisca Ruixo, de 77 años, que falleció
entre las 6 y las 7 de la mañana. Era hija de Jaime Ruixo y de Francisca
Montoro.
De
la noticia de la horrorosa tormenta de agua y granizo también se ocupó la prensa
escrita, en la que, además de las dos desgracias personales, también narraron
otros pormenores …
… con el aguacero las
ramblas que descienden de las montañas situadas a la parte superior de la villa
aumentaron de un modo tan extraordinario que el barranco denominado de Puig, no
pudiendo contener las aguas desbordo con tal ímpetu sobre la población que la
dejo convertida en una laguna habiendo mas de dos varas de agua en la mayor
parte de las casas… … por las puertas
de estas, que la fuerza del agua rompía, salían los efectos que había en los
pisos bajos, juntamente con las caballerías y demás animales… …las personas tuvieron que refugiarse en las
habitaciones altas y muchas solo pudieron conseguirlo a fuerza de grandes
peligros.
Las casas completamente
hundidas son cinco pero hay mayor numero arruinadas en gran parte y muchísimas
que se están apuntalando por hallarse resentidas… …las perdidas han sido de consideración en
muebles ropas y caballerías, pero en particular en vino y aceite…
ARCHIVO
PARROQUIAL IGLESIA SANTOS JUANES. Quinque Libri 1857 – 1861. Tomo 13. Fol 235r
y 235v
DIARIO
DE CORDOBA, 19/11/1857
No hay comentarios:
Publicar un comentario