El pasado 2 de octubre de 2021, los
hermanos Vicente y Fernando Claramunt Soriano asistieron al acto de colocación
de una placa conmemorativa en la cruz de piedra situada en el cementerio de
Puçol. Con este acto se trataba de honrar la memoria del mestre pedrapiquer Vicente Soriano Franco “El Soldat”, a quien debemos la reconstrucción de esta
antigua Creu de Pedra.
Foto: Sabin
Esta cruz parece que fue erigida en el siglo XV o XVI en las afueras de la población, a la entrada del camino que conducía al convento de la Vall de Jesús. Allí estuvo hasta que en los convulsos años 30 del pasado siglo fue destrozada. Nuestros mayores nos recuerdan que había la costumbre de que la chiquillería llegara hasta allí la víspera de Reyes tocando cascabeles para pedir de este modo a los Reyes Magos que les dejaran muchas cosas.
Finalizada la Guerra Civil, una
persona, de quien solo se conoce la inicial de su nombre, grabó un escrito que
fue difundido por Radio Nacional. Este escrito, que fue impreso en el año 1941
y posteriormente repartido en la cabalgata de los festeros de ese mismo año
decía así:
LA
VOZ DE LAS RUINAS
Absorbida mi atención por
una atracción profunda, deténgome contemplando unas piedras destrozadas que
tienen esculpidos rasgos históricos del pasado. De entre los restos, oigo una
voz que me dice: Te has detenido a contemplarme en pureza de intenciones, luego
agradeceré que me escuches. ¡Hablad!, dije conmovido. Pues atended: “Soy
símbolo del pretérito y recuerdo de los siglos: hoy convertida en montón de
escombros. En mis tiempos invoqué oraciones de fe y de cristiandad; en mis
peldaños oraron postradas tus pasadas generaciones: conservad la tradición. Soy
una obra de arte sagrado, recogedme o levantadme; tenerme abandonada es una
vergüenza para la presente generación: Pensad en los que os siguen “¿Cómo te
llamas? ¿Quién eres?, pregunté. Me llamo
La Creu de Pedra y soy la voz de mis ruinas. F
Este texto debió mover
voluntades ya que pocos años después empezaron los trabajos de restauración y
la antigua Creu de Pedra fue
emplazada en el camino del cementerio, al inicio del Vía Crucis.
El autor material de esta
restauración fue el vecino de Puçol, Vicente Soriano Franco, “El Soldat”,
que utilizó los restos que habían quedado de la cruz original reemplazando los
desaparecidos con piedra trabajada. Vicente era el jefe de la colla de pedrapiquers de la cantera de Puçol, situada
en el monte Picayo, que suministraban piedras trabajadas para bordillos, losas,
pasos de acequia y otras construcciones. Era un hombre profundamente religioso,
interpretando el personaje de Josué, ataviado con el sol y la espada, en las
procesiones del Corpus que se celebraban en Puçol allá por los años 30 del
pasado siglo.
Cuando a mediados del pasado siglo el
camino del cementerio fue urbanizado y convertido en la avenida del Moli de
Vent, la cruz fue desmontada y los sillares que la formaban quedaron
abandonados junto a la tapia del cementerio. La hija del mestre pedrapiquer, Vicenta Pilar Soriano Claramunt, hizo las
gestiones necesarias para recuperar y poner en valor este patrimonio hasta que
finalmente fue instalada frente a la capilla del cementerio parroquial.
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