CAPITULO 2.- DEL HALLAZGO DE LA SANTA IMAGEN
Comienza
el Dr. Planes con el relato de las circunstancias en las que se produjo el
hallazgo de la imagen.
Estando en oración como solía el hermano Pedro
Muñoz en su contemplativa ermita de San Julián le parecía // 17 // que
intelectualmente se hallaba en Puzol y que allí veía caer del cielo cinco
resplandecientes estrellas hacia la villa del Puche. Dióse dudado dado la
repetición de esta visión interior y movido de superior impulso se fue a su
patria, Puzol y desde ella vió ocularmente repetidas veces caer del cielo
repetidas veces en forma y número de cinco estrellas que les servía de sepulcro
la eminencia del montecillo llamado Cabeçol del Puche, que esta situado en el
término del Puche y entre esta villa y el lugar de Puzol.
Ante las visiones de las cinco estrellas,
Pedro Muñoz consulta y pide consejo al guardián del convento de la Vall de
Jesús, fray Pedro Nicolás Factor, del que el Dr. Planes hace una breve
semblanza. En dos ocasiones y siempre con anotación al margen, supuestamente
añadido después de haber finalizado el libro, hace participar en estos hechos
al patriarca Juan de Ribera, tanto en la
comunicación de la visión, como en la respuesta para que comenzara a cavar en
el Cabeçol. Esta curiosa circunstancia no la menciona el también sacerdote de
Puçol, Francisco Planes, que en 1649 ya había escrito una historia del
descubrimiento de la imagen de Nª Sª al Pie de la Cruz.
Viendo suceso tan portentoso y que el
desprenderse del cielo cinco estrellas y esconderse bajo la tierra ni era
casual, ni dejaba de tener algún misterio, comunico el ermitaño // 18 // la
visión con su cordial amigo el venerable Fray Pedro Nicolás Factor, religioso
franciscano que entonces era guardián del convento de la Vall de Jesús de la
Santa Recolección, situado a las raíces de un monte cerca de Puzol [anotado al margen: y con
el Patriarca Juan de Ribera], de cuya extática, penitente, mortificada y
milagrosa vida hay historia que refiere lo perfecto de su vida y dichosa
muerte.
Este varón religioso fue devotísimo del Santísimo
Sacramento y tierno Capellán de María Santísima, mereciendo que le hablase la
Santa Imagen de Nuestra Señora de Atocha en Madrid como lo refiere Quintana en
la Historia de esta Imagen y después de haber encomendado a Dios // 19 // el
encargo del ermitaño que notase el lugar donde caían las estrellas que allí
encontraría una prenda de sumo aprecio y digna de toda estimación.
Animado pues el buen ermitaño con la respuesta
del siervo de Dios Fray Nicolás Factor [anotado al margen: y del Santo Patriarca], fue
prevenido a la eminencia del montecillo llamado el Cabeçol y dándole el aviso
las estrellas con caer y esconderse, empezó allí a cavar animoso pero, cerrando
mucho la noche y como era ya anciano desistió cansado con intención de volver
al amanecer del dia siguiente para dar fin a su empezada tarea cobrando fuerzas
con algún corto descanso pero // 20 //
dos labradores que vieron la ansia con que cavaba el ermitaño, los
cuales habitaban en la alquería del Inquisidor Micer Cristóbal Roig (la cual alquería
fue en la que se fundó después a 7 de abril de 1585 el Convento de Cartujos
llamado del Ara Christi) discurriendo a lo humano buscan algún tesoro terrestre
para enriquecerse con el, luego que se fue el ermitaño Pedro Muñoz cavando y
profundizando más la tierra, allí mismo encontraron admirados la Santa Imagen
de Nuestra Señora al Pie de la Cruz y cavando la quebraron con un golpe de
azada un pedacito de la esquina inferior de la parte diestra.
// 21
// Discurrieron los labradores llenos de gozo que aquella Santa Imagen era el
tesoro que al parecer buscaba el ermitaño y así, contentos y satisfechos con el
hallazgo encontrado, desistieron de cavar y se retiraron alegres con la Santa
Imagen llevándosela a la alquería del Micer Roig donde habitaban, con la
determinación de quedársela para sí como a prenda que les había abstraído todos
los sentidos para venerarla en su habitación.
Al amanecer del dia siguiente volvió el
ermitaño Pedro Muñoz y llegando a la eminencia del montecillo y viendo habían
profundizado más la tierra y que el hoyo // 22 // era mayor que el empezado por
él, quedó con interior inteligencia noticioso del hallazgo de la Santa Imagen y
de sus individuales señas, quienes eran los que se la llevaron y donde la
tenían. Fue grande el desconsuelo del ermitaño, hacíale cargo su humildad, era
causa su descuido de estar la Santa Imagen en ajena posesión, luchó la
desconfianza de alcanzarla con la esperanza de lograr posesión de ella pero,
considerando que la paciencia es medio para llenar nuestros deseos temiendo las
circunstancias que pareciole que dió // 23 // proporcionado ir a la alquería y
que dándoles las señas a los labradores lograría su petición: la posesión de la
Santa Imagen, fue que tuvo el desengaño con la respuesta que le dieron los labradores.
Vuelve el Dr. Planes a escribir
un relato sensiblemente diferente al de Francisco Planes, cuando describe el
momento en que Pedro Muñoz se enfrenta a los dos labradores que han sacado la
imagen del hoyo en el que él había empezado a cavar. De nuevo hace participar
en la entrega de la imagen a Pedro Muñoz al patriarca Juan de Ribera, cosa que
no aparece en el relato de Francisco Planes.
Grande debió ser el desconsuelo que tuvo el
ermitaño Pedro Muñoz con la respuesta negativa de los labradores, pero como las
visiones que precedieron al hallazgo fueron sobrenaturales y el fin, para ser
esta Santa Imagen venerada como Patrona de Puzol, dispuso el Señor volver la
tristeza del ermitaño en gozo y la oculta invención de la Santa Imagen en pública
manifestación del suceso // 24 // Movido interiormente todo fue uno, ir a
Valencia a verse con el Señor Patriarca de Antioquía y Arzobispo de Valencia
don Juan de Ribera, informarle del echo y hallar consuelo en su respuesta y
remedio en la pretensión pues, constándole a Muñoz es hombre de ejemplar vida y
de conocida verdad, este ermitaño y reconociendo lo raro de la invención // 25
// y apetecible de la Santa Imagen se fue el señor Patriarca con el ermitaño a
la alquería del Inquisidor Roig pidió por los hombres y dándoles las señas
confesaron la verdad y entregaron la Imagen de Nuestra Señora al Pie de la Cruz
en manos del Señor Patriarca que admitió lleno de gozo y contento y venerada la
Santa Imagen por su Ilustrísima y todos los demás que allí estaban la entregó
al ermitaño Pedro Muñoz, con la expresión que aquella Santa Imagen tenía de
entregarla al lugar de Puzol para que allí, como a Patrona fuese venerada y con
esta condición la admitió y a su tiempo cumplió su promesa // 26 // y viendo la
Santa Imagen en sus manos el ermitaño, lleno de gozo profirió enseñado de las
palabras de la sabiduría: todos los tesoros conseguí teniendo esta Santa Imagen
en mis manos que es todo mi bien y la conservaré por el más estimable, pues por
barro reputaré al oro con la estimación que la venero. Agradecido por este
favor, toda mi vida reverenciaré a esta Santa Imagen teniéndola por guía y luz
de mis operaciones, pues el esplendor que influye su benevolencia no se puede
apagar // 27 // sin que pudiese reprimir los ímpetus del espíritu, sin
comunicarlos al cuerpo, que cuando los gozos del espíritu son tan mayores, se
refunden también en lo sensible pues son como avenidas que salen de madre,
sucediéndole lo que al gran profeta David, que su corazón y su carne se gozaron
en el Señor y alegraron en Dios vivo. Y faltó poco al Venerable Ermitaño para
saltar de contento delante la imagen de María Santísima como lo hizo el profeta
Rey delante del Arca del Testamento.
// 28 //
Y fue fácil que ambos conviniesen en la asignación de la Santa Imagen al
Pie de la Cruz para el lugar de Puzol, pues el venerable Pedro Muñoz conoció
convenía la entrega para las felicidades y honorificiencia de su Patria y
Monseñor Ilustrísimo don Juan de Ribera como el señor Obispo que era de Puzol quiso
enriquecer a sus vasallos con el depósito de tan Soberana Señora.
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capítulo: Capitulo 3: Dibujo de la Santa Imagen, origen, antigüedad y entrega
en la Iglesia Parroquial de la Villa de Puzol.
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