jueves, 27 de octubre de 2022

1966, 5 de abril. EL ULTIMO DIA DE LES MAÇES DEL DIMARTS SANT

 

El domingo 3 de abril de 1966, Domingo de Ramos, aparecía en el semanario publicado por la parroquia, la popular Aleluya, una noticia redactada por el cura párroco don Enrique Viñals en la que daba a conocer los actos litúrgicos de la Semana Santa.

Para el martes 5 de abril a las 4:30 estaba programada …la despedida del Señor y la invitación a los días santos. Las madres digan a sus hijos que no den en las puertas, sino en tierra, para que no reciban al Señor con la escoba en la mano; eso desdice en el tiempo en que vivimos… 

Por su parte el alcalde, Enrique Pi Gomis, de acuerdo con el señor cura, había visitado a los maestros rogándoles que dijesen a sus alumnos que debían suprimir el uso de las mazas, pues ello desdecía con la seriedad de los actos religiosos.

Ambas recomendaciones surtieron su efecto ya que don Paco Roca, en uno de sus escritos, anotaba:  Hoy 5 de abril, Martes Santo del año 1966, pese a lo difícil que es abatir una costumbre antigua, sin medidas detergentes o drásticas, con silencio y sin alharacas ha quedado suprimida sin estridencias la antigua costumbre de les mases, ya que hoy no hemos visto ningún niño con maza y muy pocos sin ella, quizá como muda y respetuosa protesta. El espectáculo tradicional callejero ha desaparecido, quedando solamente la parte seria y religiosa.     

 

La salpassa o sarpassa, del latín, sal y aspergere, era una antigua costumbre consistente en bendecir con agua y sal las casas y las familias el día de Martes Santo. Como hemos visto más arriba, era la despedida del Señor, que iba a visitar todas las casas ya que dos días después, el Jueves Santo, tenía que morir.

                Para este día las amas de casa habían limpiado bien su parcela de calle y acera y esperaban la llegada del sacerdote con las puertas de la casa abiertas de par en par. Junto al bancalet se preparaba una mesita con su mantel blanco en la que se disponía alguna imagen religiosa, un plato con sal, una jarra con agua y otro plato con huevos. En torno a esta mesa esperaban los moradores de la casa. 

Para este acto litúrgico el sacerdote, revestido con roquete y estola, recorría las calles del pueblo bendiciendo una a una las casas y a sus moradores. Le acompañaban los monaguillos, igualmente revestidos, que llevaban grandes cestas de mimbre, un recipiente con sal bendecida y el acetre e hisopo, el sarpaset.

 

Uno de los monaguillos anunciaba la llegada del cura para bendecir y despedir al Señor haciendo sonar una campana de mano, pero el verdadero aviso lo protagonizaban los niños, y no tan niños, que iban de casa en casa golpeando con mazas puertas, paredes y rejas. Para ellos este acto religioso se convertía en una auténtica fiesta ya que el día anterior habían preparado las mazas de madera de carrasca, guardadas del año anterior. Las amas de casa defendían sus puertas y ventanas armadas con la escoba, intentando que no se acercaran a ellas la chiquillería.  

 



                Llegado el sacerdote a la casa rezaba una oración, tomaba parte de la sal bendecida que portaba el monaguillo y la mezclaba con la sal de la familia. Después bendecía el agua y aprovechaba para interesarse por los moradores de la casa e invitarles a los oficios de Semana Santa. Terminada la ceremonia la familia besaba el crucifijo que llevaba el sacerdote, mientras los feligreses permanecían arrodillados. El agua bendecida era guardada para beberla o rociar puertas, paredes, habitaciones y todos los rincones de la casa.

                En agradecimiento, los vecinos le ofrecían huevos, que recogían los monaguillos en las cestas, y también algún donativo en metálico.     

                Antes de iniciarse el acto la chiquillería esperaba en la plaza la salida del señor cura de la iglesia. Esperaban sentados en el suelo, haciendo corro y golpeando el suelo con las mazas, a la vez que se entonaban las cancioncillas populares propias de ese día:

 

Ous ací, ous allà  bastonaes a l’escola …….

Ous a la pallisa ous al ponedor bastonaes al senyor retor …

Y algunas más que no recuerdo …

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